Una fuerza telúrica que debe superar la escala de Richter impide a nuestro Ayuntamiento desde hace meses reponer una señal indicativa del Museo Picasso
Recuerden el día de la inauguración del metro. Nuestros políticos, que tienen grandes dotes actorales –requisito indispensable para trabajar en el ramo–repitieron una y otra vez que en todo momento había existido lealtad institucional entre las administraciones.
En román paladino este mensaje significa que quedaron definitivamente olvidadas el catálogo de puyas, puñaladas traperas y mil y un obstáculos para que el metro llegara a buen puerto porque tenían que coordinarse dos partidos políticos rivales.
Tengan la completa seguridad de que si el Ayuntamiento y la Junta hubieran estado bajo el mismo signo político, el metro de Málaga habría sido una realidad tres años antes, esa mágica fecha del 11 del 11 del 11 que tanto se anunciaba.
Qué duda cabe que pese a los cínicos mensajes de lealtad institucional, las cosas terminan saliendo y eso que la mayoría de las batallitas políticas son prescindibles. Se trata de una pugna que en ocasiones desemboca en mera rivalidad infantil y uno ya no sabe si atribuir a estas batallas absurdas la periódica situación de descuido de la calle San Agustín, donde se encuentra el Museo Picasso, o bien achacarla al apaguatado funcionamiento de la gran máquina burocrática municipal.
Hace ya muchos meses, probablemente desde el año pasado, que falta de su domicilio una señal informativa esencial: la que indica, justo en el cruce de la calle Granada con la calle San Agustín, la dirección al inminente Museo Picasso.
De la llamativa ausencia de esta señal turística ya dio cuenta esta sección en marzo y en mayo de este mismo año. Por cierto que tras el último toque de atención, un amable técnico municipal informó a esta sección del gran número de señales informativas que ha ido colocando nuestro Ayuntamiento en los últimos años, loable trabajo del que este firmante no duda en absoluto.
Pero que falte desde hace tantos meses la señal indicativa del museo más importante de Málaga, en la calle que lo comunica con la Casa Natal de Picasso y que hoy estemos a 1 de agosto y sigamos sin noticias del Consistorio no me negarán que, como mínimo, llama bastante la atención.
¿Se toma el Ayuntamiento las cosas con calma cuando conciernen a la administración rival (el Museo Picasso lo gestiona la Junta) o todo se debe a una lentitud administrativa a prueba de bombas? Habrá que recordar que en los últimos eventos más importantes para el Museo Picasso –la celebración de su décimo aniversario en octubre del año pasado y la última Noche en Blanco– la calle San Agustín lució espléndidos goterones renegríos de cera.
Y en cuanto a la señal informativa mermada, si bien no informa del cercano Museo Picasso, sí deja bien claro cómo llegar a la Iglesia de Santiago, el Museo Casa Natal de Picasso, la plaza de la Merced y el Hamman Spa. Para despistar a cualquiera.