Nuestro Ayuntamiento sigue ocultando en el Parque de forma casi perfecta el monumento al héroe de Igueriben. Trate de buscarlo sin GPS. Lo tendrá difícil
En Málaga se cuentan con los dedos de una mano y sobran, las esculturas públicas que han sido inauguradas por algún Rey de España. Gracias a la estupenda exposición Visitas Reales, en el Museo del Patrimonio Municipal, de la que hablaremos esta misma semana, sabemos que en febrero de 1926, los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, además de inaugurar el Hotel Príncipe de Asturias inauguraron el monumento al Comandante Benítez.
La obra, del escultor asturiano Julio González Pola, fue no sólo un homenaje al héroe del sitio de Igueriben y sus compañeros, sino además un recuerdo a la sangrienta Guerra de Melilla y de paso, al papel tan importante jugado por la ciudad de Málaga en la asistencia a los heridos y envío de tropas.
Se trata por tanto de una obra de gran importancia en la historia de la ciudad, hasta el punto de que durante años presidió la hoy plaza de la Marina.El traslado al Parque, sin embargo, ha terminado por mimetizar el monumento con la Naturaleza y en nuestros días no lo localiza ni Tarzán con un GPS.
Pero el asunto viene de lejos. En la edición de 1992 de la Guía Histórico Artística de Málaga, dirigida por Rosario Camacho, puede leerse: «Casi oculto por la vegetación se levanta el monumento al héroe de Igueriben». Y menciona que después de «alzarse triunfante» en la plaza de la Marina, «se escondió en este lugar».
Más de dos décadas después de estas apreciaciones, el escondrijo para el monumento resulta casi perfecto. Un servidor desconoce por qué el Ayuntamiento quiere ocultar esta obra inaugurada hace casi 90 años por los Reyes de España pero así es. El caso es que un círculo de palmeras lo tapa y así seguirá los próximos años, porque el ritmo de crecimiento de estos árboles no es similar al de Pau Gasol durante su adolescencia.
En realidad, esta lamentable situación tiene una solución muy sencilla: basta con cambiar de sitio una sola palmera y la impactante escultura reaparecerá a los ojos de visitantes y malagueños.
Esta situación evidencia una descoordinación entre las concejalías de Cultura y Medio Ambiente. Algo igual de notorio ocurre con la portada árabe del Mercado de Atarazanas. Si el visitante se coloca justo enfrente, no tendrá una visión completa de esta joya a causa de un tapón visual en forma de arbolito. Bastaría también con cambiarlo de sitio para que la portada árabe luciera como se merece.
Mientras tanto, el comandante Julio Benítez sigue injustamente en su escondrijo del Parque y la puerta con arco de herradura de Atarazanas ofrece solo una parte de su rehabilitado esplendor.
Ya me dirán si con un poco de coordinación municipal, dos sencillos traslados de árboles y un poco de ganas no mejorarían las cosas.
¿Tome asiento?
Cada vez más personas utilizan de asiento los perros que persiguen a Acteón junto a la fuente de la plaza de Uncibay.