El paraíso del monopatín en el Parque del Norte sigue hecho unos zorros. El Ayuntamiento anunció su apertura para este verano. Le espera un buen trabajo
Algunos expertos aventuran, y un servidor no tiene por qué ponerlo en duda, que la sonda espacial Pioneer debe su nombre al exagerado uso que del adjetivo «pionero» lleva haciendo el Ayuntamiento de Málaga en sus comunicados de prensa desde hace décadas. La Rel Academia de la Lengua ya se plantea incluso añadir una acepción a pionero: «Relativo al Ayuntamiento de Málaga».
Según esta acepción, toda novedad municipal es relativa de ser pionera, desde unos nuevos aspersores hasta aceras que resbalan o unas farolas forjadas en Cuenca.
No es extraño por tanto que Málaga acogiera con expectación las pioneras instalaciones del llamado Skate Park del Parque del Norte. Atendiendo a su carácter pionero, sin duda iban a revolucionar el panorama deportivo mundial y se cuenta que la noticia fue la comidilla durante una de las citas anuales en Davos. Toda expectación fue poca. También en la Ciudad de Paraíso. Habrá que recordar los estragos que algunos hachas del monopatín han realizado en el conjunto escultórico de la fuente de Berrocal, en Pinos del Limonar. Utilizado como skate park improvisado, cualquier parecido con la obra original, inaugurada en 1989, es pura imaginación. La posibilidad de que estas prácticas pudieran realizarse en un recinto habilitado, sin riesgo de cargarse el patrimonio de la ciudad, ya sería un alivio para los vecinos.
Precisamente en estos días se habla de su inminente apertura. El Ayuntamiento, que al final gestionará el equipamiento, anunció a final de marzo en un gesto pionero que lo abriría este verano. Pero la verdad es que hace meses que cientos de malagueños lo inauguraron por su cuenta. Pásese usted a cualquier hora del día, incluso cuando más pega el lorenzo y siempre verá a deportistas pegando brincos y efectuando operaciones en el aire mucho más arriesgadas que las de Bárcenas o el chófer del consejero de la Junta.
Otra prueba del uso intenso es la presencia de pintadas. ¿Qué skate park del mundo no las tiene? El único será el de Pyongyang, en Corea del Norte, suponiendo que el joven monarca estalinista no haya prohibido el monopatín por ser un invento del enemigo.
Pero lo que descuadra en sus instalaciones es la abundancia de matorral seco de dimensiones preocupantes. Imagínese un mundo sin jardineros y tendrá una idea aproximada.
Tenga en mente, además, los efectos de una larga huelga de barrenderos en su calle y así no se asombrará del volumen de basura aprisionada entre los barrotes del recinto (algunos amantes del skate no lo son de la limpieza).
El caso es que si el Ayuntamiento quiere adecentarlo para este verano tiene un trabajo ingente entre manos. Sería, eso sí, el primer Skate Park de Málaga adecentado en nuestra ciudad en el verano de 2014. Miremos por donde miremos, a pioneros no nos gana ni la Pioneer.