Los amantes de la historia de Málaga tienen el pasado de la ciudad delante de sus narices. El truco consiste en disfrutar sobre todo con los pequeños detalles
Los paseos por la Historia pueden tener muchas ramificaciones. En 2006 el profesor italiano Attilio del Re rescató en la entonces boyante Escuela de Hostelería de La Cónsula, en Churriana, los platos de la Roma republicana e imperial, salsa de garum incluida.
Con la ayuda de textos de Virgilio, Apicio y Plinio El Viejo devolvió a los fogones platos olvidados, con la sorpresa de que la mayoría eran potentes bombas de sabor gracias a la presencia de picantes y especias de todo tipo.
Hoy podemos concluir sin equivocarnos que más de un emperador tuvo un rápido tránsito de esta vida a la morada de Júpiter, no por oscuras conspiraciones sino por problemas de estómago.
En cuanto a la salsa de garum que tanto levantó la economía malacitana tiempo ha, su sabor y olor no decepcionaron a los comensales que llenaron el comedor de Churriana, salvo a los alérgicos a las anchoas.
Pero en Málaga hay muchas más posibilidades de disfrutar de la historia, aunque sea en minúscula. La forma más sencilla es prestando atención a los guiños que nos ofrece el pasado a un palmo de nuestras narices.
La semana pasada, el arquitecto malagueño Luis Ruiz Padrón compartió en las redes sociales una curiosísima fotografía tomada en la calle Alarcón Luján. Alguien había retirado una placa profesional de la fachada y debajo había aparecido un bando del alcalde de 1971, así que hablamos del alcalde Cayetano Utrera.
El bando, encabezado por el clásico «El Alcalde de Málaga hace saber», anuncia que se va a confeccionar un padrón de los los «carruajes de alquiler y de lujo, de tracción animal, carros, bateas, bicicletas, carros agrícolas y ciclomotores». 43 años después, salga usted a la calle, pregunte a la gente qué es una batea y la mayoría seguro que responde que un lance del béisbol.
Existe otro rastro del pasado muy curioso en la calle Denis Belgrano. En el lateral de un edificio aparecieron durante las obras de rehabilitación una serie de sumas y nombres, posiblemente de los albañiles que levantaron el bloque en tiempos de Amadeo de Saboya.
En la misma línea, en la terraza próximamente visitable de la Catedral puede leerse en un punto la inscripción «el abugero está aquí». Se trata de uno de los puntos que el maestro de obras Antonio Ramos señaló en el XVIII para el desagüe, previendo la construcción de un futuro tejado de madera que, 250 años más tarde, sigue sin hacerse realidad. Pistas históricas en las calles de Málaga. Sólo hay que seguirlas.
El parque esmeralda
Lo que más llama la atención de la Laguna de la Barrera, el parque que según contó esta semana el concejal de Urbanismo abrirá en los próximos días tras 20 meses cerrado por obras, es el aspecto del agua. Después de años recibiendo objetos de todo tipo depositados por homínidos malaguitas –incluidas motocicletas– luce tersa y con un precioso color esmeralda. Como asegura el saber popular, «a ver lo que dura…».