Monte Pavero, balcón a un vertedero olvidado

10 Jul

En la calle Albacete existe una ladera agreste poblada de todos los detritus que la mente humana puede imaginar. Pasen y escojan pero con mascarillas

Si algo caracterizó la barriada de Monte Pavero durante largos años fue la existencia en el barrio de una calle que parecía salida de una película de catástrofes. Este no deseado plató natural de cine se debió a las inundaciones de 1989, que desplomaron una calle, que fue bautizada entonces como la calle Caída.

Pasear por ella era algo espectacular, además de un riesgo para el esqueleto, pero Monte Pavero siempre ha tenido un toque especial. Por ejemplo, muchos vecinos fueron realojados en la barriada gracias al fútbol. En concreto, para despejar las casas prefabricadas junto a La Rosaleda con vistas al Mundial 82.

La calle Caída por fin se levantó hace algunos años, y la fuerte marejada de hormigón que presentaba esta vía, como una suerte de ola gigante cuarteada, se convirtió en agua mansa, con lo que se consiguió la ansiada conexión con la calle Albacete.

Sin embargo, estos andurriales no han abandonado el tono épico del desastre, en este caso estético y medioambiental. El primer bloque del barrio que se asoma a esta calle, y que lleva el nombre del fallecido Senador Villodres (Francisco) está como el resto de Monte Pavero sobre un cerro, así que hay una zona de hierba seca, una tierra de nadie por la que aparece basura de todo tipo espurreada hasta casi tocar la calzada.

«Eso estaba peor, menos mal que limpiaron ayer», comentaba el pasado martes un vecino. Es decir, que la preocupante acumulación de basura era incluso mayor. Parte de la porquería aparece frenada por un piso cortado de hormigón que seguramente corresponda a los últimos restos de la calle Caída.

El firmante subió por el cerro y de inmediato le rodearon unos efluvios poco evocadores que nada tienen que ver con la famosa magdalena de Proust. De hecho, el rico vocabulario malagueño tiene una palabra muy precisa para la plasta de caca recalentada por el sol: mierda retetiná. Pues a eso olían los efluvios, para que se hagan una idea.

Televisores despanzurrados, pañales, botellas de plástico, bolsas, vidrios rotos… La porquería continúa cerro arriba y es perfectamente visible desde el centro ciudadano que esta justo en este bloque.

Más de una vez, los dirigentes de Monte Pavero han lamentado la práctica del lanzamiento olímpico de bolsas de basura desde las alturas de algunos bloques, deporte que quizás se siga practicando por estos lares.

Y es un pena porque también hay basura desperdigada en el paseo de brachichiton que puebla toda la parte baja de Monte Pavero, la suave loma que desciende hasta el Parque del Norte y en la que podemos encontrar hasta colchones.

Lástima que, como pasa en tantos rincones de Málaga, una minoría de seres antropomorfos tengan el barrio hecho un vertedero. La calle Caída se levantó pero algunas personas siguen cayendo… y no hay quien detenga su descenso hasta la tierra de los vándalos.

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