La artista malagueña expone sus collages fantasiosos e inquietantes en la sala Moreno Villa, junto al Cervantes, hasta el próximo 22 de junio
Encontró el diario infantil en una librería de viejo de Praga. La letra infantil, en checo, y los dibujos originales parecen hechos por una niña de los años 30. La artista malagueña Mari García, «guardando todo el respeto por el original», cuenta, ha enriquecido el cuaderno con sus dibujos para así mirar el pasado «con respecto y fascinación».
Cuaderno de Praga es una de las obras que pueden encontrarse en la originalísima exposición titulada del gasto inútil, hasta el 22 de junio en la sala Moreno Villa, en un lateral del Cervantes.
Parecen los cuadros de Mari García capaces de salirse del marco y recorrer la sala. De hecho, es lo que hacen, en una acertada puesta en escena que ha buscado reproducir a gran tamaño los personajes más fascinantes de su universo onírico, inmortalizados en las paredes blancas junto a los cuadros originales, igual que si salieran de Alicia en el país de las maravillas.
Porque en los collages y dibujos de la artista malagueña se da la misma mezcla inquietante que en el cuento de Lewis Carrol, algo más que un texto infantil. Y si en él nos topamos con esa reina obsesionada por cortar cabezas, en la obra de Mari García, y como ejemplo la composición Dirección única –el título de una novela del ensayista Walter Benjamin– nos encontramos con una de esas escenas de movimiento que se podían ver en el kinematógrafo de Edison, con una serie de mujeres avanzando.
Pero si nos fijamos bien, veremos cómo alguna tira de los pelos a la que tiene delante o la derriba. Escenas que se repiten en muchas de estas obras y que evidencian que el mundo no es perfecto.
Mujeres alucinadas que flotan entre setas gigantes o que realizan piruetas mientras juegan con mariposas; hombres que toman impulso y saltan sobre cubos de colores a la vez que el cuadro se pregunta si la vida es una carrera de obstáculos; robots que recriminan a mujeres; juegos formulados en pizarras infantiles… Con la estética surrealista, empleando papel antiguo y con las mañas de Mary Shelley, la creadora del moderno Prometeo, Mari García ofrece en sus obras las mismas dosis de imaginación que de reflexión.
Collages que, como alguna vez hemos comentado en esta sección, encantarían a Terry Gillian y habrían encandilado a Rafael Pérez Estrada porque siguen la misma línea onírica de estos dos creadores no tan dispares. Collages que por cierto lucen muy bien en Litoral, revista en la que la artista ha colaborado alguna vez. En suma, una creadora que en pocos años ha logrado un lenguaje propio y muy cautivador. No se la pierdan.
Convivencia
En la avenida de Postas, en Parque del Sur, conviven las grandes torres del barrio con discretas casas mata de autoconstrucción que, dan la impresión, son anteriores a la llegada de este enorme barrio de Ciudad Jardín.