En Málaga sobran segmentos y faltan carteles

29 Abr

Los políticos de la rama del Turismo se pasan todo el día segmentando pero luego no hay forma de poner en Málaga un par de carteles indicativos

Si es usted un político de la rama del Turismo está de enhorabuena. Le espera una saludable inmersión en el mundo de las Matemáticas y en concreto en la de los segmentos. Estará todo el santo día hablando del segmento de sol y playa o el del turismo cultural y no se olvidará, claro está, de la oferta segmentada.

Tanta segmentación terminará por segmentar su atención y se perderá los pequeños detalles. Y no es raro porque deberá ir de la ceca a la meca, de Londres a Berlín sin olvidar Moscú, ciudades en las que le aguardan ferias turísticas en las que continuar hablando de cifras y segmentos.

Pero lo dicho, los pequeños detalles se segmentarán de su memoria por esa visión macroturística y macroeconómica que terminan adquiriendo todos los altos cargos de Turismo, usted incluido.

Es la única explicación racional que a un servidor se le ocurre ante un hecho de enorme incompetencia administrativa. Hace casi dos meses que esta crónica llamó la atención sobre la ausencia de dos carteles indicativos de la Casa Natal y del Museo Picasso. Ni que decir tiene que la ausencia se prolonga.

Si usted es un político del segmento de la gestión turística y va camino de alguna feria del ramo, ya sea en Londres, Berlín o Moscú, haga que le pasen alguna cámara de grabación de lo que, por ejemplo, el pasado sábado aconteció en la esquina de la calle Granada con la calle San Agustín, a rebosar de cruceristas, muy cerca de donde desde 2003 aflora el Museo Picasso. Notará los quiebros y requiebros de cientos de turistas, cómo preguntan, otean y dan vueltas sobre sí mismos, incapaces de encontrar el Museo Picasso que tienen a pocos metros de sus narices.

La razón es bien sencilla. Justo en esa esquina un cartel informa de que, si continúan por calle Granada, podrán ir a la iglesia de Santiago, el Museo Casa Natal de Picasso, la plaza de la Merced y El Hamman Spa. Ni una palabra sobre el Museo Picasso Málaga, que está justo enfrente.

Pero al menos esta desdichada esquina cuenta con indicadores municipales, aunque falte el más importante, porque no hay ni rastro de ellos al desembocar en la calle Granada por la nueva plaza de la Judería. Como ya contamos hace unos dos meses, en esa zona el desamparo informativo es total en cuestiones de señalética, una palabra adorada por los políticos –casi tanto como segmento–. Ni un solo cartel indicando cómo llegar a la Casa Natal de Picasso o a su museo.

Completa el escenario de desdicha una desgraciada solución temporal que, todo apunta, permanecerá durante décadas en  la nueva plaza. El nuevo eje en el que articular la trama, poner en valor, y establecer un diálogo con el entorno luce una cutrísima colgadura de uno a otro confín. Es decir que desde la torre del siglo XVII u oficina turística y hasta el nuevo edifico blanco de la librería Libritos hay un espantoso cable negro cortando el cielo de abril. Ese cable sí que habría que esconderlo o ya puestos, segmentarlo en mil pedazos. Ánimo.

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