La mansión salvada en Huerta Nueva

3 Abr

Contra todo pronóstico, la hermosa casa original que da nombre a la finca está siendo restaurada pese a no estar incluida en la lista de edificios protegidos del PGOU

Sabido es que en Málaga, la velocidad de destrucción de un edificio antiguo es superior al de un meteorito en contacto con la atmósfera. Eso quizás explique el lógico temor de un servidor, cada vez que enfilaba las cuestas de Ciudad Jardín.

Con una determinación ciertamente malaguita, han ido cayendo las antiguas casas que presidían las históricas fincas de este extenso barrio en pendiente, aunque unas pocas se han salvado.

Por los alrededores de la Alegría de la Huerta resistía una espléndida mansión coronando un cerro y a su lado, un cartel del tamaño de la Catedral anunciaba hace unos años viviendas de 2, 3 y 4 dormitorios.

Entenderán por tanto la preocupación. Todo apuntaba a que la casa se iba a ir, por decirlo mal y pronto, al carajo. Cualquier apaño urbanístico terminaría retirando la protección arquitectónica, de tenerla, o declararía el consistente amasijo que había resistido tantas décadas, en ruina y a otra cosa. Donde había una casa se iban a levantar pisos con paredes artesanales, realizadas con papel de fumar, que ha sido la insensata moda desde que la burbuja inmobiliaria se hizo dueña de nuestras cuentas bancarias.

Por eso, la alegría es doble estos días, cuando un servidor ha visitado los andurriales. La mansión, que ahora mismo no aparece en el catálogo de edificios protegidos del PGOU, no solo no ha terminado hecho trizas sino que encima está siendo rehabilitada, o esa es la impresión que da desde fuera. Una racha de civilización y sensibilidad patrimonial ha soplado por este rincón de Málaga.

Desde la calle Maese Nicolás tenemos una vista espléndida de esta casa de dos plantas y unos 300 metros cuadrados, ya prácticamente recuperada del todo. La casa tiene mucha historia. Según recuerda el historiador Manuel Muñoz, se trata de la finca de Huerta Nueva, que hoy da nombre a la urbanización vecina y que en el pasado estaba incluida en otra mucho más grande, la Hacienda del León o el Leoncillo, en recuerdo de Pedro de León Rodríguez, propietario allá por el año 1800.

Huerta Nueva perteneció a la familia Ordóñez y en la década de 1860 a los hermanos Casini, que hoy dan nombre a un barrio próximo cuya vivienda original fue convenientemente hecha trizas en el pasado.

Ascendiendo una cuesta que hoy mantiene una entidad de conservación, podemos llegar muy cerca de esta casa, con vistas envidiables de Málaga. Jardines y vivienda forman una pareja magnífica y es la constatación de que los malagueños del futuro pueden heredar algunos edificios sin necesidad de que nuestros políticos cedan al impulso aborigen de la destrucción gratuita. Felicidades sinceras a los propietarios.

Consejo floral

Visiten el cenador florecido de La Concepción antes de que la lluvia y el viento repartan las glicinias por los cuatro puntos cardinales.

Una respuesta a «La mansión salvada en Huerta Nueva»

  1. Como más de una vez te he apuntada o, Alfonso, esta ciudad te debe mucho por esa labor de constante «pateo culto» de calles, rincones, zonas olvidadas, barrios y edificios que conforman la historia, más que urbana ya, de Málaga.
    ¡Ojalá que tus palabras tengan eco y sirvan de freno a tanta especulación!

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