Una profunda hondonada se utiliza como improvisado aparcamiento terrizo en la calle Marqués de Mantua, en la zona de Ciudad Jardín
Un político avezado en frases comunes bien podría deducir, a la vista de la situación económica de estos años en España, eso de «estábamos al borde del abismo y hemos dado un paso al frente».
El abismo es una metáfora muy atractiva que suele caer por su propio peso en numerosos discursos políticos, sobre todo si los pronuncia la oposición.
En Málaga, merecedora de unos pliegues y repliegues geológicos que ya los quisieran en Los Alpes, los abismos metafóricos no abundan tanto como los que nos ofrece nuestro accidentado relieve.
Si ustedes se dan una vuelta por Borde Alegre, en Ciudad Jardín, el borde del barrio de la Alegría de la Huerta, tendrán al lado la barriada de Jardín de Málaga pero en realidad se asomarán a un abismo muy apañado, un barranco mirador de este montañoso distrito-ladera que es Ciudad Jardín.
Uno se imagina las torrenteras que alimentan los arroyos cercanos bajando con alegría por esta hondonada respetable, por eso un servidor se asombra al comprobar que esta pendiente tan peligrosa es un veterano terrizo en el que la gente deja los coches.
Bajando por la calle Marqués de Mantua y dejando atrás la moderna y bonita parroquia de San Juan de Dios, con su alta torre, el paseante tiene una vista muy buena de esta depresión. Los coches aparecen desperdigados por este peligroso terrizo declinante y los conductores más osados depositan el vehículo en lo más hondo, al pie de un talud sobre el que se asienta una pista de deportes, con la esperanza de recuperar el coche sano y salvo a la vuelta.
Esta por ver si este espacio es recuperable como parking en condiciones, con asfalto y cierta dosis de horizontalidad. Mientras llega o no ese momento, los conductores se la juegan. En caso de tromba de agua los coches pueden terminar desembocando en el acogedor Mar de Alborán. Los conductores, sin saberlo, se asoman al insondable abismo de las compañías de seguros.
Nombres chinos
En la calle Manrique, cerca ya de la calle Gordon, hay un restaurante chino llamado Fu Man Chun, que recuerda mucho al famoso malvado Fu Manchú de novelas y películas. Aunque para nombres curiosos, el del restaurante chino que en su día se instaló en la Carretera de Cádiz.
Un servidor ignora si el propietario se llamaba de tal guisa o es que era un admirador del escritor norteamericano. El caso es que el restaurante llevaba por nombre He Ming Way.
Cárceles
Un chiste cofrade-carcelario circula ya por esta ciudad y se expande mucho más rápido que el Universo: el expresidente del Sevilla, José María del Nido habría pedido el traslado a Málaga, puestas las esperanzas en ser liberado por El Rico.