Un coleccionista malagueño envía al pueblo holandés de Moergestel el álbum que compró en el rastro de Fuengirola con fotos y documentos del carnaval holandés
El espectáculo de los mercados financieros nos demuestra que la avaricia es un motor fundamental de este mundo. Sin embargo, no hay que perder las esperanzas contemplando los tejemanejes bursátiles porque ser generoso también es una buena forma de marchar por la vida.
Es lo que acaba de experimentar Francisco García, un malagueño apasionado de la historia de su ciudad y por el coleccionismo de objetos antiguos, principalmente libros.
Como ya contamos hace pocas semanas, Francisco compró en el rastro de Fuengirola un curioso álbum con fotos y documentos que resultaron ser una preciada memoria del carnaval de Moergestel, un pueblecito de Holanda, recogiendo un periodo de 25 años desde comienzos de los años 60 a mediados de los 80.
En este álbum aparece una agrupación de caballeros holandeses ataviados con chaqués y sombreros con plumas de faisanes llamados los Pierewaaiers, una palabra que puede traducirse como Los vividores. Este colectivo amante del jolgorio de etiqueta nace en 1962.
La publicación en La Opinión de un reportaje sobre este bonito hallazgo hizo posible que los holandeses de este pueblo, a un tiro de piedra de Bélgica, se pusieran en contacto con el diario, pues la intención de Francisco era enviar el álbum a este grupo de amigos holandeses. «Si yo supiera que les va a llegar a ellos se los mandaba, porque en este álbum se ve el amor que este señor tenía por el carnaval de su pueblo». Finalmente Francisco hizo realidad su promesa y no solo envió el álbum, por correo certificado, sino que el envío incluyó un cartel del Carnaval de Málaga de 2014 y otro del carnaval de los años 80.
El receptor de este paquete, el señor Jos en Hanneke Denissen, un veterano carnavalero holandés y archivero de este colectivo, se ha sentido especialmente conmovido y agradecido por varias razones. En primer lugar porque ha podido descubrirse en varias fotos de inicios de los 60, ataviado como un jovial Pierewaaiers y en segundo lugar porque prepara un libro sobre la historia del carnaval de Moergestel y piensa incluir, cómo no, muchas de las fotos y documentos que creía perdidos.
Además, se ha puesto en contacto con la hija del propietario del álbum, Ad Wouterse, un holandés que vivió durante unos años en el Arroyo de la Miel y que falleció en 2011. En esta corporación carnavalera era conocido como el príncipe Adriano, pues los Pierewaaiers tienen varias dignidades, rey incluido.
El señor Dennisen ha comentado a esta sección que se pondrá en breve en contacto con un par de periódicos holandeses para contar esta bonita historia y ni que decir tiene, cuando concluya el libro se lo enviará con mucho gusto a Francisco García. El coleccionista malagueño ha tenido este bonito gesto de generosidad con personas desconocidas. Lo dicho, una hermosa manera de ir por la vida.
Felicidades Paco.