El paseo por Málaga del viajado Robert Semple

4 Mar

La Biblioteca Nacional de Portugal conserva el relato del viaje a Málaga del americano Robert Semple en 1809, un año antes de la invasión francesa

No es nada original comparar internet con El Aleph, ese cuento de Borges que habla del punto que contiene todos los puntos del universo. En un nivel más modesto, internet ya supone un filón para todos los amantes, por ejemplo, de los archivos. Es posible pasearse por ellos y encontrar documentos que antes sólo podían encontrarse haciendo acto de presencia en ellos.

Es el caso, por ejemplo, de la Biblioteca Nacional de Portugal, que conserva un segundo viaje por España realizado en la primavera de 1809 por el viajero Robert Semple, nacido en Boston al año de la declaración de Independencia americana.

Precisamente el hecho de ser americano le permitió viajar por Europa en mitad de las guerras napoleónicas, algo que no podían hacer los ingleses.

En1803 visitó España, Italia y Turquía y seis años más tarde, repitió por España, centrándose en Andalucía.

En la biblioteca digital se puede consultar el original digitalizado de la segunda edición inglesa de este segundo viaje, publicada en Londres en 1812. El libro dedica unas cuantas páginas a Málaga, un año antes de que los franceses tomaran la ciudad y la ocuparan durante 30 meses.

Semple entra en Málaga por el Camino de Vélez y describe las plantaciones de caña de azúcar, de las que cuenta que, junto con las de Granada, son las primeras que ha visto en Europa. Describe las torres almenaras de la costa, que compara con «telégrafos» bien comunicados y por fin tiene una vista de Málaga, con la «ciudad de Curiana (sic)» al fondo.

Le llama la atención el puerto, con sus pequeñas barcas de pesca y veleros, la mole de «la nueva Aduana» asi como la Alameda Principal, adornada con «una elegante fuente», la de Génova, aunque luego le pone reparos porque señala que en algunas figuras ve falta de delicadeza, al menos para un ojo inglés. El señor Semple se aloja en este paseo en el hotel de Las Cuatro Naciones, regentado por dos francesas y muy mencionado por otros viajeros de su tiempo.

Habla el americano en su libro del monte de San Cristóbal (el de las Tres Letras o de la Victoria), y del Castillo de Gibralfaro con su doble muralla que la comunica con la Alcazaba.

También resalta, por su singularidad, el hecho de que la Catedral de Málaga no se haya terminado. En el templo mayor, por cierto, contempla una imagen que podría ser la Virgen de los Reyes.

Cinco o seis días permaneció Robert Semple en nuestra ciudad, a la que le calculaba unos 35.000 habitantes. Callejeó, charló con viajeros ingleses, se interesó por el vino de Málaga, examinó fascinado inscripciones latinas y finalmente partió en un barco inglés rumbo a Gibraltar, después de ver «todo lo que es digno de observación».

Un testimonio muy valioso para conocer la ciudad en esos tiempos tan turbulentos y con recientes epidemias a sus espaldas. Y lo peor estaba por llegar….

El Aleph de los archivos, no hay duda, está en internet.

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