Más intrigas malagueñas durante la Gran Guerra

6 Feb

Un reciente libro sobre los espías en España durante la I Guerra Mundial recoge interesantes datos sobre lo que pasó en Málaga en esos años de neutralidad

El pasado domingo, 26 de enero, Lucas Martín, compañero de La Opinión y premio Andalucía de Periodismo, publicó un estupendo reportaje sobre las consecuencias de la I Guerra Mundial, la Gran Guerra, en Málaga, de la mano de María Dolores Narváez, catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga.

En este amplio reportaje pudo palparse la división que la contienda causó en nuestra ciudad entre aliadófilos y germanófilos, aunque a grandes rasgos, las fortunas más importantes estaban con los imperios y las profesiones liberales con los aliados.

Para completar este interesante cuadro, Alianza Editorial acaba de publicar un trabajo de Eduardo González Calleja y Paul Aubert titulado Nidos de espías. España y Francia y la Primera Guerra Mundial 1914-1919, en el que se hace un repaso, en algunas ocasiones, a las tensiones vividas en Málaga.

En concreto menciona a José Creixell, el propietario de La Unión Mercantil y la revista La Unión Ilustrada, las publicaciones más modernas de Andalucía de su época. Don José era además representante en Málaga de dos petroleras francesas, mientras que La Unión Mercantil, un periódico conservador y gran apoyo de la alta burguesía, era un diario germanófilo.

Por este motivo, cuentan los autores del libro, desde 1916 fue inscrito en las listas negras de agentes del enemigo en países neutrales, promovidas por los franceses. Ese mismo año Creixell tuvo que comprometerse por escrito a no publicar ningún artículo hostil a la Entente, es decir a Francia, Inglaterra y Rusia (los aliados).

En este libro aparece mucho el activo cónsul de Francia en Málaga, Louis Santi, denunciando cualquier asomo de incumplimiento de la neutralidad. En este sentido, denunció en 1916 a la famosa casa de transporte y navegación Baquera Küsche y Martín, en la lista negra oficial, porque proyectaba enviar un cargamento de cobre y zinc a Alemania, disimulado en cajas de frutos.

El cónsul Santi trató además de lograr el «estrangulamiento comercial» de las firmas enemigas «retirando el capital galo y propiciando su incorporación a las listas negras aliadas, lo que implicaba la retirada de licencias de exportación», cuenta el libro.

En Málaga, donde por entonces vivían unos 250 alemanes, también se vigiló con especial atención la antigua Ferrería de Heredia, donde hoy se encuentra el parque de Huelin, porque se encontraba en manos de la una sociedad belga y en ella se fabricaban «lingotes para obuses de 95 milímetros».

Un libro muy interesante para conocer la intrahistoria de la Gran Guerra en toda España, en teoría un país neutral.

La reserva

Puentes, semanas santas y blancas, ferias y romerías… en otro libro reciente Demetrio E. Brisset describe España como «reserva festiva de Occidente».

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