250 cámaras de Vicente Arroyo con un solo objetivo

28 Dic

Hasta el 4 de enero estará la exposición de cámaras fotográficas históricas del coleccionista malagueño, con el objetivo de ayudar a los Ángeles de la Noche

Anda estos días satisfecho el coleccionista malagueño Vicente Arroyo. Como ya comentamos hace unos días, expone hasta el sábado 4 de enero una selección de alrededor de 250 cámaras antiguas de fotos a beneficio de los Ángeles Malagueños de la Noche.

Y está contento porque su esfuerzo –ha tardado una semana en montar la completísima exposición en el centro comercial Galaxia, calle compositor Lehmberg Ruiz, 10-, está teniendo sus frutos: hasta ayer a primera hora de la mañana había reunido unos 300 kilos de alimentos.

Cada visitante debe traer un kilo de alimentos no perecederos. No sólo hará una buena acción y se solidarizará con esa Málaga que sobrevive a duras penas, también descubrirá un mundo tecnológico increíble, que arranca en 1845 con las primeras máquinas de daguerrotipos y que incluye curiosidades como unas cámaras espía de Japón del año 1870, ciertamente discretas pero que hoy pondrían en evidencia a James Bond.

Las hijas de Vicente Arroyo acompañan a su padre en esta exposición benéfica, que atienden de 11 de la mañana a 8 de la tarde en el edificio Galaxia. «Esto es lo que hay este año, lo hago un poco como hobby», cuenta Vicente, que se ha esmerado a fondo en esta muestra, y como ídem, una habitación en la que ha habilitado la clásica cámara de un fotógrafo ambulante, en el escenario de un parque, con caballito de cartón incluido y la cámara lista para inmortalizar al personal y revelar la foto en minutos (se conocía como minutero).

Con la ayuda de sus hijas se ha vuelto muy ducho en internet, lo que ha hecho posible que consiga piezas de Alemania, Estados Unidos, Rusia o México.

Aunque el mercado español no es ninguna tontería: ha sido en España donde ha conseguido la que quizás sea la cámara más grande de nuestro país. Se trata de una Hunters de 1890, que se encuentra a la entrada de la exposición y que es un miura de las cámaras, con 1,30 de altura y 2 metros de largo. «Lo conseguí en Barcelona», cuenta el coleccionista.

Y resulta emocionante echar un vistazo a los daguerrotipos que sacaban estas primeras cámaras, retratos de contemporáneos de Alejandro Dumas, de Charles Dickens o compañeros de juventud de Benito Pérez Galdós congelados en un instante incomparable, quizás la única ocasión en la que posaron para un fotógrafo, de ahí sus rostros, a veces asustados, otras veces solemnes.

Daguerrotipos, ferrotipos, albúminas, ambrotipos…antepasados de la fotografía en papel que se realizaban con artefactos rotundos y hermosos, como esa adelantada cámara alemana de 1881 que permitía nada menos que hacer 10 fotografías seguidas…. lo nunca visto, claro. Igual que esa Kodak de 1897 que permitía hacer fotos panorámicas, ni mucho menos un invento de nuestros días.

También hay una sección dedicada a las linternas mágicas y a las primeras cámaras de cine. En suma, una exposición benéfica muy completa que además, por gentileza del Colegio de Graduados Sociales, sorteará diez cámaras antiguas entre los visitantes.

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