El jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Málaga, Rafael Illa, se puso en contacto con el autor de esta crónica a primera hora de la tarde de hoy jueves para explicar la curiosa historia que hay detrás de la bandera rosigualda, que ahora mismo ondea en la plaza de la Constitución, y de la que se ha hecho eco la crónica de La ciudad. Con los colores rosa pálido, amarillo y rosa pálido, ahora mismo es la enseña de un país desconocido.
Como es obvio a primera vista, el sol que alimenta la industria del Turismo ha sido el encargado de desteñir los colores de la bandera de España, esa que en estos últimos tiempos provoca erupciones cutáneas entre los políticos catalanes más adictos a la mitología autóctona.
Explica Rafael Illa que la bandera de España fue regalada originalmente por los paracaidistas en la primavera de 2011, cuando se celebró en Málaga el Día de las Fuerzas Armadas con la presencia de los Reyes. Es la misma bandera que un paracaidista portaba por los aires cuando descendió hasta la playa de la Malagueta. La contención del gasto también incluye abstenerse de cambiar la bandera hasta el próximo 6 de diciembre, Día de la Constitución, ocasión que el Ayuntamiento aprovechará para renovar la enseña.
Cierto que la bandera está descolorida pero hasta en símbolos nacionales hay que ahorrar. Hasta el 6 de diciembre tendremos que convivir con una bandera de España cuando menos original. Las telas de antes no son como las de ahora. Si Intelhorce continuara, otro gallo cantaría.