Los socialistas dejan el retablo de las maravillas

30 Sep

El PSOE deja atrás la abstención y apoya en una comisión de Urbanismo una moción de IU para dar marcha atrás en la trilera operación de Hoyo de Esparteros

Resulta un alivio comprobar cómo, ante creciente la presión social contra lo que muchos malagueños consideran una operación de especulación urbanística en Hoyo de Esparteros, el grupo municipal socialista ha tenido la decencia de contradecir a la Junta de Andalucía.

Ocurrió hace unos días en una comisión de Urbanismo. Izquierda Unida presentó una moción reclamando la marcha atrás del proyecto del hotel de Moneo, autorizado después de que la Junta de Andalucía decidiera que se podían modificar las normas del Centro Histórico y permitía que un hotel doblara la altura autorizada.

En su línea habitual, el grupo municipal popular votó en contra de la moción, y de nuevo respaldó la construcción de lo que sin duda será la culminación en Málaga a 12 años de enloquecida carrera inmobiliaria.

Sin embargo, los concejales socialistas, que comenzaron oponiéndose al hotel en 2008 y luego se pasaron a la abstención, votaron de nuevo en contra de la tropelía. Nunca es tarde para caerse del caballo.

Lo del hotel de Hoyo de Esparteros es un ardid muy utilizado por constructoras y promotoras en esta España de fuegos fatuos y políticos que no durarían un cuarto de hora en un concurso cultural. Presentar un proyecto no permitido en el casco antiguo de una ciudad española no tendría nunca mucho recorrido con un arquitecto del montón.

Por contra, el utilizar arquitectos de incontestable prestigio no sólo consigue ablandar a las autoridades, sino que convierte a todo aquel que cuestiona el proyecto en una criatura provinciana y reaccionaria. ¿Cómo oponerse a que una gloria internacional deje su huella en nuestra ciudad aunque sea en un sitio bastante improcedente?

La figura del tonto útil suele prestar un gran servicio en estos casos, y ahí tenemos a las mentes pensantes de socialismo en la administración autonómica dando finalmente su brazo a torcer.

Aunque sólo sea un pequeño consuelo, reconforta que los socialistas malagueños vuelvan a oponerse al Urbanismo trilero y que no comulguen con la Junta, para mantener una posición coherente frente a la destrucción del Patrimonio.

Pretender que nadie cuestione un premio Pritzker de Arquitectura, como si la concesión del galardón le otorgara la infabilidad papal, es tratar a los ciudadanos como memos integrales. Mucho hubiera ganado la ciudad de Ávila si sus políticos hubieran cuestionado el indescriptible edificio de viviendas que Rafael Moneo levantó hace diez años y que ha terminado por arruinar la preciosa plaza de Santa Teresa de Ávila. Nadie es perfecto.

En Málaga, el grupo municipal socialista ha dejado de contemplar extasiado el retablo de las maravillas cervantino, ese que todos se forzaban por ver y alabar, pues quien confesaba estar delante de un espacio vacío, sin maravilla alguna, se autoacusaba de no ser cristiano viejo.

La treta se repite con este hotel, autorizado gracias a la actitud provinciana de uno de los colectivos más perjudiciales de Málaga: el de quienes raramente cuestionan a los poderosos y les rinden una sonrojante pleitesía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.