La Kon Tiki y los farallones innombrables

24 Sep

Según expertos bañistas, la cíclica riada de porquería que sazona las playas viene de la parte de Nerja, a la espera del dichoso saneamiento integral

Está a punto de estrenarse en los cines la película noruega Kon Tiki, la adaptación del libro y de la aventura real de un grupo de jóvenes noruegos, capitaneados por Thor Heyerdahl, que en 1947 cruzó el Pacífico en una balsa de madera, desde Perú hasta la posesión francesa de las islas Tuamotu, que viene a ser donde Franco perdió el mechero.

Con esta travesía, Heyerdahl quiso demostrar que la colonización de los Mares del Sur pudo venir de Sudamérica a bordo de balsas como la Kon Tiki.

Los talluditos noruegos estuvieron a merced de las corrientes durante 101 días y a uno este albur, esta dependencia de factores ajenos a su voluntad le suena bastante porque es lo que ha vivido, como miles de bañistas, en las playas de Málaga el pasado verano.

Y es verdad que el Ayuntamiento pone todos los medios a su alcance para que las playas estén razonablemente limpias, habida cuenta de que el malagueño medio es una persona que confunde los espacios públicos con potenciales estercoleros. Y pocos días ha habido sin que pase un barrendero de Limasa recogiendo los objetos varios depositados en la playa, tan variados, que podrían engrosar las colecciones de varios príncipes del Renacimiento.

Y también han funcionado con relativa puntualidad británica los barcos quitanatas, haciendo lo que pueden en su tarea de que malagueños y turistas no tengamos la sensación de nadar en el Ganges.

Pero todo este esfuerzo no es suficiente si, como la balsa de la Kon Tiki, las corrientes rastreras se empeñan en hacer lo que quieren con nosotros y nos obsequian varias veces a la semana con un desfile de detritus varios.

Un servidor acaba de regresar de las vacaciones y en este último mes ha bregado en el Mar de Alborán con todo tipo de objetos sólidos y no tan sólidos, desde tapones de botellas, yogures y bolsas de patatas hasta una alfombrilla del coche.

Las teorías sobre las corrientes que han manejado los bañistas estos días se centran en culpar a Nerja de todo este cíclico farallón de mierda flotante. La perla de la Costa del Sol oriental es, desde el punto de vista del saneamiento, un váter sin vigilancia, así que, aseguran estos bañistas, cada vez que sopla el Levante hay grandes riesgos de recibir toda la porquería de Nerja y de algunos pueblos del interior que no han hecho los deberes.

Visto así, resulta emocionante recibir basura ajena que, cual balsa noruega, se desplaza un número apreciable de millas hasta enfangar nuestros andurriales. Es entonces cuando los playeros caen en la cuenta de ese mantra político prometido desde que nuestro actual alcalde ingresó en parvulitos: el saneamiento integral. Hermoso anhelo que flota entre yogures.

Dos rivalidades

La vida es una tómbola, que decía Marisol, pero también puede ser una montaña rusa, lo que explicaría la actual posición del Sevilla en la Liga, aspecto que ha sido recibido con pocas muestras de dolor por numerosos aficionados malaguistas. Ojalá la rivalidad provincial y regional en España fuera siempre así, cachondeo sano y no las exaltaciones mitológicas y xenófobas de los últimos tiempos.

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