De las muchas ventajas de eliminar un pipicán

28 May

Corría el 17 de enero cuando, como ya informó este periódico, el Ayuntamiento le dio la vuelta a la tortilla y reinauguró el parquecito dedicado al humorista, fallecido en 2002, Juan Rosas, El Pulga. El parque del Pulga se encuentra en la calle Jerez Perchet de Ciudad Jardín, a dos pasos del colegio Blas Infante.

El de esta zona verde es una prueba del tesón de vecinos y familiares. En primer lugar, para conseguir que el parque se dedicara a uno de los dos miembros del Dúo Sacapuntas, los vecinos tuvieron que reunir miles de firmas: exigencia municipal. Luego, al igual que los historiadores hablan de los «siglos oscuros», siguieron unos años oscuros en los que el vandalismo se cebó con esta pequeña zona verde.

Como alguna vez hemos explicado en estas páginas, Puri Rosas, hermana del humorista, emprendió una lucha tan pertinaz como la famosa sequía, y desde 2007 y a partir de 2008 a través de La Opinión, logró que el parque por fin se arreglara.

Hace unos días el firmante se dio una vuelta para constatar los cambios, que son evidentes para el kiosquero que está justo delante. Con el parque abandonado y en manos de los vándalos, el kiosco vendía menos que si estuviera en la Antártida. Ahora, tras los arreglos, el parque se llena todas tardes entre semana y también los fines de semana.

El panorama ha cambiado a mejor y no sólo por lo que atañe al kiosco. Ha desaparecido el pipicán lateral que, inexplicablemente, compartía vecindad con el parque infantil. De los efluvios por las cacas de perros se ha pasado a un parque prácticamente inodoro, presidido por un panel de cerámica con el retrato del cómico, obra de los ceramistas Ruiz de Luna.

El espacio de juegos ha dejado de ser un desierto en el que los niños tenían que valerse de sus propios medios, como Robinson en la isla, para jugar a algo.

Pero el mayor cambio se ha producido en la parte trasera, que antes de la reforma estaba ocupado por una pista de petanca, muy usada por los dueños de los perros y no precisamente para jugar con las bolas. Tras una rampa nos encontramos con un mesa de ping pong, la pista de tierra ha sido sustituida por una acera amarilla, como las baldosas de Oz y al fondo, lo que fuera un rincón olvidado y en perfecto declive, ha amanecido parterre ajardinado muy digno.

Hay que felicitar al Ayuntamiento, precisando que ha tardado lo suyo, y también de nuevo a Puri Rosas por su constancia. Ya tiene el jardín con el que su hermano habría soñado. Y como se ve con el kiosquero, el cambio redunda en la pequeña empresa del barrio.

Entendimiento

La pasada semana pudo verse a un hombre emprendiéndola a golpes contra el cartel de una película, protagonizada por Morgan Freeman, en mitad de la calle Cristo de la Epidemia.

Acostumbrados en los últimos años a tantas protestas por lo que ocurre en la vida real, llama la atención esta hazaña majarona, sobre todo porque si se tratara de una película de Jim Carrey, algunos aficionados hasta lo entenderían.

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