Un recuerdo del Mediterráneo español

1 May

El pasado lunes en el pleno se volvió a hablar de los merenderos militarizados de la Malagueta. Y una vez más, se constató que entre todos la mataron y ella sola se murió.

El Ayuntamiento y la Junta han demostrado con este legado paisajístico que la culpa siempre la tiene la administración de enfrente, para desgracia de, nosotros, los administrados.

De una manera bastante simplista e injusta, aseguraba un malagueño hace unos días que todo lo que se ha hecho en Málaga «desde que murió Guerrero-Strachan es horrible». Tampoco es eso, pero sí es cierto que como típica ciudad costera del Mediterráneo (español,) Málaga nunca podrá ser Patrimonio de la Humanidad. Hay un sustrato común de mal gusto, inoperancia y falta de sensibilidad en cientos de ayuntamientos costeros españoles de los últimos 50 años que, algún día, los historiadores deberán examinar para sacar conclusiones. Pruebas no faltan.

El simplismo también hará, un servidor está seguro, que cuando pasen los años y se resuma la herencia de Francisco de la Torre, los malagueños mencionen la peatonalización de la calle Larios-Plaza de la Constitución y los merenderos de la Malagueta como la cara y la cruz de su gestión. De nuevo, injusta simplificación pero qué se apuestan que así serán las cosas.

Porque, ha sido tan grande el impacto emocional de ver cómo regresaba lo peor del urbanismo autóctono a la Malagueta, que estos siete casetones serán en versión playera –intuye uno–, lo que la Casa de la Cultura en el Centro: hasta su demolición, quién sabe si dentro de 30 ó 40 años, nos recordarán lo mal que podemos llegar a hacer las cosas.

Y no se crean que todo se circunscribe al paseo marítimo más antiguo de la ciudad. Después de diez años de conversaciones, de negociaciones, de darle la vuelta a los planos, la esquina de oro del puerto, a la espera de que se instale el ansiado Carrefour de lujo, luce un bellísimo frontal de casetas de electricidad, justo enfrente de la estatua a Cánovas del Castillo.

Sin duda, la tecnología actual sólo permitía instalarlos justo ahí, en el punto más importante del Muelle Uno. Un toque de cutrerío de la compañía eléctrica que, una vez más, habrá que tapar con buganvillas y otras hierbas. Estamos en el Mediterráneo español, cierto, pero tampoco hay necesidad de que nos lo recuerden cada año.

Club literario

Mañana jueves 2 de mayo, a las seis de la tarde, en el Museo del Patrimonio Municipal, tendrá lugar un club literario organizado por Aurora de la Rosa, que contará como ponentes con los columnistas de La Opinión Lola Clavero y Horacio Eichelbaum.

Partiendo de la exposición de estos días de Pedro Escalona, Iluminaciones cotidianas, leerán textos sobre lo cotidiano y algunos cuentos de Sola en el Mundo, el libro de relatos de Lola Clavero.

Y si el público se anima, se hará un taller de creación literaria en el que puedan escribir y compartir experiencias.

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