Ayer dejamos por escudriñar una zona de la calle Poeta Muñoz Rojas, en la Cruz del Humilladero, bastante alejada por cierto del mundo evocado por el poeta. De hecho, los únicos versos que podrían salir de este rincón sería la obra titulada Rimas del vertedero.
En todo caso, hay que agradecer que este foco infecto haya surgido en los últimos tiempos y no en la década de los 20 del siglo pasado, pues de haberlo visitado los amigos poetas de la revista Litoral, se habría ido al garete la vocación poética de media Generación del 27.
El caso es que con las obras del AVE, junto a la zona verde ayer descrita se ha instalado una especie de galería cubierta y semiacristalada de gran sentido si se hubiera levantado en el Norte de España, tan proclive durante todo el año a la lluvia. Pero como estamos en Málaga, la galería cubierta y semiacristalada se ha convertido en un espacio museístico de la pintada, y eso es de veras lo de menos. Al fin y al cabo, podría entenderse de la vertiente surrealista de la Generación del 27 pintadas como «Los jeques de Málaga y el chatarra y el perito sombrillero», «Diego, Dieguito, Diego» , «Yo no estaba pero me acuerdo» o «Alba, natilla con galleta».
Lo de menos es que esta galería haya envejecido 40 años en unos meses, que en el suelo abunden los cristales rotos y que este paseo esté jalonado por un par de colchones e incluso un magnífico somier, previamente atado con una cadena a uno de los postes.
Lo peor es el espacio sospechosamente alegal que está creciendo a su lado, un pastilla de terreno que todo apunta que ninguna administración se hace responsable de su limpieza.
Se trata de una lengua de hierba de unos 150 metros, en la que, en lugar de amapolas, que sería de agradecer, crecen litronas y todo tipo de electrodomésticos despanzurrados. De hecho, en el momento de dar este paseo, tres personas abrían en canal con total tranquilidad uno de estos objetos junto a un coche.
Ayer hablamos de que se estaba gestando en esta bonita zona un rincón del Bronx y uno echa de menos la capacidad resolutiva de Paul Newman en Distrito Apache e incluso a Al Pacino en Sérpico, para poner orden y sobre todo, parar retirar la porquería que se almacena.
Lo dicho, junto a una de las pocas zonas verdes de las que disfruta el atosigado barrio de la Cruz del Humilladero se está gestando una tierra de nadie, de película neoyorquina de bajos fondos. Y esto no es Hollywood sino la vida real.
Lucio Romero
Mañana sábado, la Asociación de Jubilados del Parque del Oeste, Apejupo, organiza un homenaje al actor malagueño Lucio Romero que tendrá lugar a partir de las 13 horas en el Centro Ciudadano de Parque Mediterráneo.
Apejujo quiere reconocer la trayectoria del artista, «querido y admirado por su talento, su humor, sus andaduras, teatrales, cinematográficas, televisivas y sobre todo humanas». Muchas felicidades Lucio.