Cuanto más indaga esta sección en el proceloso mar de las pintadas malaguitas, más sorpresas se lleva.
Uno está convencido de que los arqueólogos del futuro desenterrarán como tesoros de un pasado mundo lleno de vida las columnas, paredes y monumentos firmados por una creciente legión de grafiteros.
Prueba de la actividad de un auténtico taller medieval del grafiti, con resultados muy dispares, lo encontramos en la calle Alcalde Baeza Medina, en Ciudad Jardín.
Así, es un clásico de Málaga la pintada grupal o pandillera en la que suele haber un miembro o quizás oponente más débil que es quien recibe toda las pullas.
Es el caso de «Alba tiene piojos» o «Alba tu puta madre», de un aire este último muy cervantino, si bien el resto de descalificaciones entran en un terreno digno de las tertulias del corazón y por su crudeza no las reproduciremos.
En una de las paredes también se anuncia que la pandilla se va «de fiesta break a Benajarafe el día 6-8-11» y añade que «la vamos a liar», lo que a este firmante no le cabe la menor duda.
Y no hace falta ser un experto caligráfico de la letra mutante del supuesto Bárcenas para dilucidar que el autor de una pintada en letras verdes y gigantes que reza «pijo» es el mismo que en otro rincón ha escrito «polla», con perdón. A este respecto, habrá que concluir también que su perpetrador no hacía referencia con esta palabra a una «gallina nueva, medianamente crecida, que no pone huevos», como dice la primera acepción de la RAE.
En otra pared blanca, antes impoluta, han jurado amor eterno no sólo Saray y Juanmi sino también Karo y Chiwili (al menos en el verano de 2011, fecha de las pintadas). La autora de las pintadas firma además con un «by tu cuña and prima» y deja para la historia un guiño cinematográfico que une a estas dos parejas enamoradas: «Tú y yo a 3m bajo el cielo», basada en la película basada a su vez en una novela italiana.
Pero he aquí que en este escenario de pintadas grupales y enamoradizas irrumpe una suerte de extraterrestre cuyo discurso grafitero está a años luz de estas escuetas consignas ya que se centra en reproducir frases de personajes célebres, y así podemos leer: «He sido un hombre afortunado, nada en la vida me fue fácil (Sigmund Freud)», frase de la que hoy podrían dar fe seis millones de españoles.
Al lado del fundador de psicoanálisis tenemos nada menos que «No pretendas que las cosas sean como las deseas; deséalas como son (Epíctecto)» y para completar el libro de autoayuda: «El amor nace de nada y muere de todo (Alphonse Karr)». Ahí es nada.
Un autor anónimo, con letras menos inspiradas, también ha aportado su granito de arena: «Loco es el hombre que ha perdido todo menos la razón».
Y la razón debió perder el Ayuntamiento cuando dedicó esta callejuela en recuerdo del primer alcalde malagueño de la II República, además de diputado. Emilio Baeza Medina desde luego un rincón menos clandestino y pintarrajeado.