El inolvidable parque de la Virgen de las Cañas

27 Feb

La semana pasada hablamos de la inauguración en El Tomillar, en el Puerto de la Torre, del parque infantil de La Isla del Tesoro, aunque el nombre oficial sea el parque infantil Victor Hugo.

Nombres aparte, nos escribe una lectora para resaltar que, si bien es original y divertido, los niños pueden llegar a su casa con lo que comúnmente se llaman matauras, porque los escalones de madera que trepan por el cerro isleño no tienen sus agudos picos protegidos.

Imagínense un tropel de niños tomando la colina como si se tratara de la isla de Iwo Jima y caerán en la cuenta tanto como se pueden caer los niños. Confiemos en que el Ayuntamiento le dé un repasito a la seguridad de este parque infantil.

Matauras fuera, este parque infantil está emplazado en el parque de la Virgen de las Cañas, del que nada hemos hablado desde hace tiempo pese a que se trata de una frondosa zona verde.

Y eso que el paseante con lo primero que se topa, nada más entrar por la calle Terencio, es con una caseta transformadora bastante mugrienta, pero si apartamos la vista de este cachivache, veremos una hilera de tupidos brachichiton de gran tamaño, puerta de entrada a un parque con vocación de jardín y no de páramo.

Las jacarandas, todavía no puestas a punto por la primavera, palidecen con un amarillo casi traslúcido, mientras muy cerca hacen guardia dos aves del paraíso gigantes, muy parecidas a las que flanquean el Ayuntamiento de Málaga.

En cuanto a los bancos, son los únicos que rompen la magia del paisaje porque algunos ya muestran los achaques de la edad, y otros ostentan pintadas rotundas y que dejan poco espacio para la evocación poética como «joputa» (sic).

En una esquina de este parque, además, hay una vieja almazara casi completa, pero este molino de aceite, como otros muchos restos del patrimonio industrial de Málaga, carecen de placa alguna que nos informe de su procedencia. Una verdadera pena pero este desdén por todo lo que tenga un origen fabril sigue siendo el santo y seña de nuestra ciudad.

Y terminemos este breve paseo con un par de detalles hermosos como un inmenso ficus que convierte este rincón en uno de los más frescos del Puerto de la Torre y la ermita de la Virgen de las Cañas, con calas blancas y muchos vecinos haciéndole compañía. Un parque realmente inolvidable.

Lagunillas

La asociación de vecinos de Lagunillas está viendo la luz al final del túnel y cuando más apuros tenía por los problemas en el reparto de comida a las miles de familias que atiende, el área de Servicios Operativos del Ayuntamiento de Málaga le ha extendido un certificado para que pueda retirar comida de la empresa Alliance Vending, que ha donado 2.000 kilos de patatas, 455 kilos de tomate frito, 182 kilos de arroz y 91 kilos de pasta.

Un verdadero alivio para esta trabajadora asociación, una de las primeras de Málaga en volcarse con los vecinos que no llegan ni a fin de mes ni a fin de semana.

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