Un paso de cebra no hace verano pero ya es algo

21 Feb

Las administraciones nos demuestran a diario que pueden tardar años en estudiar las soluciones más óptimas para los ciudadanos y que hay que darse un canto en los dientes si es que las adoptan.

El proyecto del nuevo puerto constata que una idea brillante puede materializarse a pesar de que haya políticos de por medio. Fíjense si no en esa extraña maniobra que supuso la retirada parcial de la valla del puerto para después retranquear sin más el resto. Un gasto tan innecesario como una pista de esquí en la calle Larios. Por cierto que fuentes bien informadas nos cuentan que estas vallas son las mismas que las del puerto de Cádiz, vallas gaditanas que también fueron retranqueadas allá por los fastos del 92.

El caso es que el nuevo puerto de Málaga se había quedado cojo gracias a la genial idea de habilitar únicamente dos entradas, la más permeable del Paseo de la Farola y la entrada principal, frente a la plaza de la Marina.

El Paseo de los Curas no contaba para esas mentes brillantes ni tampoco el vecino Parque de Málaga. Si a eso unimos que el Ayuntamiento metió un carril más de tráfico al Paseo de los Curas y la persistencia de la valla, tenemos una idea de la magnitud del apaño.

Cualquier hijo de vecino pudo llegar a la conclusión de que comunicar el Palmeral de las Sorpresas con el Centro Histórico necesitaba de más conexiones, siendo prioritaria una por el centro, valga la redundancia. Esta idea ha ido calando en nuestros responsables políticos y al final la lógica parece que va a irrumpir en sus cerebros políticamente anquilosados.

Así, ya se está cociendo un primer paso de cebra con semáforo a la altura del recinto musical Eduardo Ocón, justo en mitad del Parque pensando en el Museo de la Aduana que, tengan ustedes la seguridad, parece que algún día será inaugurado. A su vez, un tramo de estas vallas de adorno se eliminar.

El paso de cebra no es Jauja, pero ya es algo en comparación con la autopista que nos había montado delante el Ayuntamiento.

La solución final, en cualquier caso, debería ser mucho más ambiciosa. Si entre el puerto y el Paseo de los Curas hay un desnivel tan importante, algún día habrá que rebajar la carretera para ahorrarnos un túnel y colocar encima un espacio peatonal, ya sea todo el Paseo de los Curas o, en plan más barato, una ancha pasarela para malagueños y turistas, colectivo este que, lo crean o no, suele visitar nuestra ciudad a patita.

Si Málaga se ha inventado una nueva zona céntrica de esparcimiento, es absurdo no echarle ganas y comunicarla mejor. Todos mis parabienes a quienes han propuesto este necesario semáforo. Un primer paso para la verdadera unión puerto-ciudad.

Papeles

El equipo de gobierno del PP utiliza papel reciclado para buena parte de su documentación. Un buen ejemplo visto el papelón que sigue haciendo nuestra Economía.

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