Vuelve el súper portuario para alegrarnos la Navidad

19 Dic

Si algo de inquietante tiene esta crisis es que nuestras peores pesadillas pueden hacerse realidad y repetirse más que el gazpacho.

Si Goya hubiera nacido en Málaga y no en Fuendetodos (provincia de Zaragoza) habría dibujado uno de sus Caprichos más inmortales con el siguiente título: El sueño de la razón produce supermercados.

Lo cierto es que, coincidiendo con la grandiosa exposición del factor grotesco en el Museo Picasso, con ese maravilloso desfile de seres con narices como patatales, criaturas aladas del Bosco y otras hierbas de la imaginación, el Muelle Uno ha vuelto a sacar al mercado la ingeniosa idea de colocar un supermercado de lujo en la esquina de oro del puerto, rebautizada en los planos de la zona, con mucha ironía, como la esquina del loro.

Ya saben la que se lió cuando hace dos años y medio se planteó esta idea por vez primera. Tanto dinero invertido, tantos sueños sobrevolando el futuro del puerto y de esta ciudad para luego realizar un aterrizaje de emergencia con costalazo incluido, ante la llegada de un Carrefour, aunque fuera la quintaesencia del glamour.

Ni en los chistes de Gila más certeros había rastro de una propuesta tan deslumbradora. Un establecimiento en el que se pueda comprar aceite de oliva virgen extra y su buen jamón de pata negra sería el broche de oro para la transformación urbanística más importante de Málaga desde la peatonalización de la calle Larios.

Málaga, ciudad inteligente (smart city, aseguran los entendidos), mostraba su lado más osado, emprendedor y tecnológico con una sección de charcutería de caerse de espaldas.

Pero la crisis sigue con sus embates y la realidad en Málaga va mucho más allá de las buenas intenciones tecnológicas. En el Muelle Uno lo que mejor funciona sin duda es esa oferta de la cerveza en cubos con hielo acompañada de gambas, y no es por desmerecer.

Visto el perfil del éxito portuario, una propuesta como el supermercado de calidad, aunque arrastre por el barro nuestros sueños de ciudad tan chic como picassiana, ya no suena tan disparatada y por eso los políticos vuelven a hablar de ella.

Cierto es que se redunda en el cutrerío, pero en este desierto económico en el que nos encontramos y ante la falta de propuestas innovadoras y que funcionen, mucho se teme este servidor que el Carrefour, o cualquier otra marca de supermercado, tiene muchos visos de quedarse en la esquina de oro con la intención de hacerse de ídem.

Como consuelo, en otras latitudes las opciones son más desesperadas. Sin ir más lejos muy pronto en Madrid es muy posible que sus irresponsables autoridades den la bienvenida al complejo de casinos del señor Sheldon, que ya saben ustedes que convertirá la capital de España en un emporio de cultura, así como de ausencia de prostitución y de dinero negro. Por lo menos en Málaga quien entre en el súper quizás salga sin blanca, pero se llevará a cambio un magnífico jamón de Jabugo, curado en la Sierra de Huelva. ¿Hay quién dé más?

2 respuestas a «Vuelve el súper portuario para alegrarnos la Navidad»

  1. La ya iniciada construcción chiringuitos de 300 m2 en la, ya atestada de barbaridades, playa de la Malagueta, tampoco está mal, ¿Verdad, señor Alfonso?

    Un saludo, y muchas gracias.

  2. La ya iniciada construcción de chiringuitos de 300 m2 en la, ya atestada de barbaridades, playa de la Malagueta, tampoco está mal, ¿Verdad, señor Alfonso?

    Un saludo, y muchas gracias.

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