En el Centro de Málaga, no hay que ser un gurú para averiguarlo, los establecimientos tradicionales han dado paso a franquicias, que nos convierten en un rincón calcado de Roma, Estocolmo o Nueva York en el que las únicas cosas que varían son los monumentos. No se sustrae esta ciudad a un movimiento global de homogeneización bastante aburrido.
Pero existen reductos que no sólo no desaparecen sino que persisten contra el viento y la marea de la crisis así como al empacho de franquicias. Esta noche, a partir de las 22 horas, el matrimonio formado por José Antonio Larrosa y Mayte Paisal celebra el medio siglo de vida de El Trovador, el bar más antiguo de copas de Málaga, que se encuentra en la calle Duque de la Victoria.
Con sus viejas maderas, banquetas renovadas pero auténticas de ese lejano noviembre de 1962 y una selección musical que rehúye de las últimas novedades, El Trovador lleva muchos años convertido en un remanso de paz, en un reducto intergeneracional en el que miles de malagueños han entrado, aunque sea una vez en su vida.
Abierto por el canadiense Robert Frederick Wilson, sustituía este local, cruce entre pub inglés y refugio de alta montaña, a una sastrería. Desde 1980 está al frente del establecimiento este matrimonio malagueño, que ha conservado muchas de las reliquias del canadiense y añadido otras, en las que se evidencia su amor por los verdiales.
José Antonio Larrosa tiene además la sabia cualidad de hablar siempre en el momento oportuno, un don casi parapsicológico que no todos los miembros de la hostelería tienen el privilegio de disfrutar.
Esta noche se espera la asistencia de clientes que llegarán de varios puntos de España, quién sabe si parejas de abuelos que se conocieron en este local, padres con hijos, viejas amistades forjadas en estos 70 metros cuadrados durante la Transición o la movida de los 80. Hay para todos los gustos
Quien seguro que asistirá es una antigua clienta de la etapa del dueño canadiense. El fundador de El Trovador, por cierto, vive todavía, retirado en su tierra. Si alguna vez regresa a la calle Duque de la Victoria, sentirá cómo viaja en el tiempo hacia esa Málaga del 62 que se despertaba al turismo.
El bar de copas más antiguo y original de Málaga llega a los 50 y si hubiera legisladores originales, ya habría ideado algún tipo de protección para establecimientos tradicionales y con encanto como este. No hará falta. El discreto encanto de José Antonio y Mayte ya suponen el mayor seguro contra las franquicias. Feliz cincuentenario.
Cartel retador
A veces, las tecnologías suponen optar por un rodeo, con lo rápido que se llega optando por la línea recta.
Eso es lo que ha pensado un espabilado anónimo que en la avenida de Andalucía ha colocado un cartel con el lema Killo atento radar, a pocos metros de un radar, retando por su extrema eficacia a todos los detectores de radares del parque móvil.