La conexión palomar Venecia-Sevilla-Málaga

12 Nov

Esta ciudad fundada por los fenicios es incluso más antigua que esa nación milenaria al otro lado del Ebro que estos días publicitan políticos que, con sus conocimientos de Historia, hundirían aún más el informe Pisa.

Pero la veteranía de Málaga no implica que todo lo que hay en ella sea contemporáneo de Tiro, Sidón y Biblos.

Sin ir más lejos, muchos malagueños tendrán la impresión de que en Málaga las palomas han sido una constante pero no siempre fue así. Es más, la importación de palomas en las ciudades españolas es una moda que viene de Venecia, que tiene como una de sus principales atracciones las que sobrevuelan la plaza de San Marcos y se alimentan de lo que les largan los turistas.

Esta plaza en cuestión es ahora mismo el único punto de la ciudad en el que la policía no te multa. Dar de comer fuera de este espacio a las palomas le puede costar al imprudente incluso 500 euros de sanción.

En los años 20 del siglo pasado, sin embargo, en España se veían las palomas de San Marcos de forma muy complaciente, así que poco antes de la Exposición Iberoamericana de Sevilla hicieron su entrada decenas de palomas en el parque de María Luisa, una moda que también se extendió a Málaga por aquellos años, que vio cómo el Parque se poblaba de ellas.

Así que, aunque antes había palomares privados y por supuesto palomas por la calle (ahí están Picasso y su padre para confirmarlo), la llegada masiva, como aderezo turístico tuvo lugar hace más de 80 años.

Pero los tiempos han cambiado y ahora el Ayuntamiento ha decidido multar a quienes las alimentan.

Las palomas viven en una Málaga libre de depredadores y con alimento constante. Si a eso unimos que pueden vivir hasta 20 años y que se pasan la mayor parte del tiempo procreando, la multa tiene sentido.

Pero no me negarán que con esta institucionalización de la sanción no se agrieta uno de los cimientos simbólicos de la jubilación, reducida en el imaginario colectivo español, en muchos casos, a un viejo sentado en un banco dando de comer a las palomas.

A partir de ahora esa imagen idílica es susceptible de sanción, así que, aunque comprensible, rompe muchos esquemas mentales.

Como apuntaba una fuente municipal, no se pueden poner pinchos anti palomas en todas las estatuas de Málaga. Parecerían seguidores de esa película de terror de los 80, Hellraiser.

Por fin, el cartel

A los responsables de las obras del centro deportivo de la ACB, en las antiguas cocheras de la EMT, junto al arroyo Jaboneros, por fin se les ha ocurrido poner un cartel informativo, que además de útil es obligatorio, pues muestra la licencia de obra.

Que algo de tanta envergadura como un centro deportivo llevara desde la primavera sin el cartel obligatorio debería sonrojar no sólo a los encargados de estas obras, sino también a la Gerencia de Urbanismo, por permitir la ilegalidad.

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