Una de las relaciones más bonitas es la que se va formando entre un barrio y sus árboles que, con el paso de los años, se convierten en ejemplares emblemáticos y por tanto en auténticos emblemas.
Una relación de este tipo se fraguó hace años entre los vecinos de Nueva Málaga y el árbol que preside el número 1 de la calle Rosa, muy cerca del Parque del Norte.
Por su altura y porte verdaderamente elegante, el estado de salud y el ornato de este árbol han estado muy presentes.
Así se explica el interés de la asociación de vecinos por tenerlo en condiciones, algo que ha conseguido hace poco gracias a unas obras municipales, esas que a los políticos les encanta llamar microactuaciones.
El caso es que el árbol en cuestión tiene un nuevo alcorque, se trata de un elegante cerco de ladrillo que deja espacio suficiente al árbol, del que habrá que dar ya sus señas de identidad. Se trata de una casuarina, un árbol de origen australiano aunque también se encuentra en parte de Asia y los Mares del Sur. En Málaga existen ejemplares de casuarina muy veteranos en la avenida de Juan Sebastián Elcano.
Los vecinos le han cogido mucho cariño a este árbol, testigo de unos tiempos en los que el barrio todavía no existía ni en los planos.
No es la casuarina de Nueva Málaga el único árbol emblemático de nuestra ciudad, afortunadamente.
En el Paseo de Sancha, junto a la Escuela de Turismo, verán un árbol que parece sacado de una pintura japonesa. Se trata de un ciprés de California, un árbol que puso de moda el ingeniero de Montes francés Jean Claude Forestier, el mismo que diseñó el jardín de la Casa del Moro en Ronda y el Parque de María Luisa en Sevilla.
Y en Churriana, montando guardia junto al colegio Ciudad de Jaén se encuentra uno de los eucaliptos más imponentes que han visto los siglos. Hace un par de años el Ayuntamiento tuvo que retirar unos nidos de cotorras argentinas de muchos kilos de peso, por el peligro de desplome.
Y son muy populares, compitiendo en altura con las del Palacio de la Aduana, las palmeras washingtonias de la barriada de Santa Paula, una columnata natural que es un verdadero orgullo para la ciudad.
Muchos son los árboles singulares de Málaga, el reto para nosotros, los malagueños, es descubrirlos y sacarlos de su verde anonimato.
El cartelito
Se puede decir más alto, pero la rotundidad de este mensaje muestra también la desesperación de los vecinos de la calle Félix Mesa, paralela a Puerto Parejo. Este el cartel que exhibe esta calle: «Recojan la mierda de su perro esto no es un cagadero».
Recoger estos dudosos dones de la Naturaleza marcan una de las fronteras entre la civilización y el puro egoísmo. Este verano, un servidor presenció el bucólico paseo por la playa de una joven con pinta de pi-hippie, acompañada por dos perros, dos de los cuales dejaron sus regalos en la arena mientras la pija hippie, transformada en sueca, se hacía la idem y pasaba de cumplir con su deber como ciudadana. Peor para todos.