La huella irlandesa en Málaga es más profunda de lo que creemos. De hecho, las grandes familias de la burguesía malagueña tienen sangre irlandesa porque descienden de las hijas de Tomás Livermore Page, un extrovertido curtidor de pieles nacido cerca de Londres pero de ascendencia irlandesa, que abrió su curtiduría en Málaga y que en el primer tercio del XIX consiguió el sueño de toda novela de Jane Austen: casar a sus seis hijas con lo más granado de la sociedad malagueña.
Para hacernos una idea de los casamientos, aquí van los nombres de algunos de los afortunados esposos: Manuel Agustín Heredia, su hermano Martín Heredia, José de Salamanca (el marqués de Salamanca) y Serafín Estébanez Calderón.
Los otros dos yernos de don Tomás, menos conocidos pero igual de potentados, eran José de la Cámara, otro apellido ilustre y Miguel Ryan. En las memorias de María Pía Heredia Grund, nieta de Manuel Agustín Heredia, destaca el carácter alegre de don Tomás, que este perdió cuando murió, camino de Inglaterra, John, uno de sus dos hijos varones.
No podemos olvidar a otro irlandés cuya vida quedó truncada para siempre en Málaga, nos referimos a Robert Boyd, natural de Londonderry, Irlanda del Norte, que puso todo su patrimonio a disposición del general José María Torrijos para favorecer su lucha contra el déspota poco ilustrado de Fernando VII.
El joven Boyd murió fusilado junto al general madrileño en las playas del Bulto con sólo 26 años, en diciembre de 1831, y su tumba se encuentra en la zona más antigua del Cementerio Inglés aunque los expertos aseguran que sus restos no han sido localizados con exactitud si bien aventuran que pueden estar, en concreto, en dos tumbas.
El tercer irlandés unido a Málaga es el pintor Jorge Campbell, que cuenta con una glorieta dedicada a su persona en la subida al Cerrado de Calderón. Campbell fue un enamorado de Málaga que supo plasmar en sus cuadros las bellezas de esta tierra y sentirse como un malagueño más. Fallecido en 1979, con 62 años, su huella en Málaga ha sido tan intensa que el año pasado se creó el círculo cultural internacional Jorge Campbell de Málaga para promover los intercambios culturales y educativos de Málaga y su provincia con todos los países de la Unión Europea.
Con todos estos antecedentes irlandeses, es normal que mañana sábado, 17 de marzo, Día de San Patricio, el patrón de Irlanda, se conmemore la festividad con una misa obviamente en San Patricio, la parroquia de Huelin, que tendrá lugar a las 11 de la mañana, un acto anual promovido por la profesora de la UMA, nacida en Irlanda, Patricia Cruz y que congrega todos los años a un centenar de irlandeses y amigos de Irlanda. El San Patricio de Huelin, por cierto, fue un obispo de Málaga y no el santo irlandés, pero un día al año le cede protagonismo a su tocayo de la isla verde. Precisamente, en la misa se aconseja llevar alguna prenda de este color para estar a tono con el color nacional irlandés, una isla, Irlanda, con la que España siempre ha tenido lazos históricos y sentimentales muy presentes. Y si no se lo creen, recuerden a Livermore, Boyd y Campbell.
Y leyéndote, Alfonso, acaba uno por reflexionar : qué pronto pasa el tiempo, que breve resulta la vida, qué lejos parece el ayer, y lo tenemos a la vuelta de la esquina… Sigues, amigo, trazando claros surcos sobre la historia de esta tierra, de esta Málaga. Algún día, cuando ya esté «el tiempo amarillo sobre mi fotografía», esta ciudad reconocerá aún más su deuda contigo.
Un cordial abrazo¡
Hoy Huelin e Irlanda se dan la mano gracias a dos santos homónimos. Un saludo, amigo Alfonso.
Gracias a Alfonso Vazquez, una vez más, por acercar la historia de nuestra ciudad desde sus artículos. Por cierto, muy recomendable su último libro: «la Mirada de Málaga», indispensable para comprender la ciudad y sus gentes.
Leonardo Cervera
http://leonardocervera.eu
Muchísimas gracias Leonardo, muy agradecido. Un abrazo