Hace unos días este periódico informó de un eremitorio, utilizado por ermitaños como refugio en los siglos VII al IX en Churriana.
En mitad de una bonita urbanización, la Hacienda Platero, ha quedado muy bien integrado este conjunto rupestre, que el Ayuntamiento va a techar por la intrusión de niños y gatos, sin que eso suponga equipararlos como incordios.
Pero a pocos metros de este conjunto centenario, casi tan antiguo como la ausencia de sentido del ridículo de Berlusconi, se encuentra una nueva biblioteca y un amplio parque, la plaza de la Niña de los Peines. Y ya saben, para el bromista de turno, en cuanto se encuentra una plaza con este nombre, lo primero que hace es tacharle a Peines la i, como así ocurre.
En la misma línea que el cartel sin i, una caseta vecina luce pintadas de cipotillos de irregular factura, e intentos fallidos de dibujar siquiera una aproximación de Homer Simpson.
Quitando estos detalles chuscos que no faltan en casi ningún barrio, el parque es muy bonito, con un enorme terraplén convertido en un manto de césped y en una de sus esquinas monta guardia un algarrobo que aparenta más años que una bandá de loros.
En el centro de la plaza hay instalado un parque infantil rodeado de varios palos borrachos. Además de chorraera y columpios, hay dos balancines de madera, con la parte superior de dos neumáticos usados haciendo de tope en el suelo. También abundan los brachichiton, unos árboles que nunca nos emocionarán por su belleza pero que crecen rápido, aunque a lo mejor son de los que enrojecen en las alturas, como los que hay plantados en la calle Córdoba.
Además, cuenta este parque con dos gimnasios para mayores, que como la mayoría de estos gimnasios, en el momento de visitarlos permanecía sin mayores a la vista. Un fenómeno, el de la sobreabundancia en Málaga de estas instalaciones infrautilizadas, que ya hemos tratado en esta sección.
La única pega del parque es la presencia de latas de refrescos por todos lados, a pesar de contar con papeleras, lo que evidencia la presencia de un colegio o instituto cercano. De hecho, aparecen varios adolescentes de golpe que demuestran que la educación se la dejan olvidada en la escuela.
Y si el enclave no es bonito, falta un detalle casi cinematográfico: Justo enfrente del parque se abre una gran terraza natural, lástima que esté ocupada por un aparcamiento, y al fondo, el paisaje más famoso de Churriana, la nueva torre de control y los aviones saliendo y entrando como por su casa. Un parque distinto, acompañado de un conjunto rupestre, una biblioteca y vistas de lujo al aeropuerto. Merece la pena una vista a la plaza de la Niña de los Peines, con i.
Maquetas
Las recreaciones de monumentos que acompañan la fotografía de hoy, hechas de madera y plástico y que recogen los detalles más pequeños de estas obras de arte, pueden visitarse de forma gratuita en el Centro Cívico hasta el 30 de marzo en horario de lunes a viernes, de 10.30 a 13. 30 y de 17 a 20.30 horas.