Los más viejos del lugar todavía distinguen entre dos playas que el paseo marítimo terminó de uniformar en los años 80: la playa de Pedregalejo, que se extiende desde los Baños del Carmen (la antigua playa de San Telmo) hasta el arroyo de los Pilones (donde este barrio termina para dejar paso al Valle de los Galanes) y la playa de las Acacias, que va desde ahí hasta el arroyo Jaboneros.
En esta última playa han tenido sus cuarteles los hermanos Antonio y Julián Almoguera, dos grandes carpinteros de ribera que consiguieron elevar esta disciplina paciente y laboriosa a la categoría de arte. Antonio nos dejó en 2005 pero su hermano Julián, con 90 años, continúa siendo ese artista del rebalaje que supo demostrar su destreza no sólo en este rincón de Málaga sino también en la Argentina, donde durante 16 años, de 1950 a 1966, se dedicó a construir veleros de regata.
De sus manos han salido veleros pero también chalanas, barcas de jábega, bucetas y un sinfín de embarcaciones que evidencian el amor por el trabajo junto al mar y que le empujó a pasar 47 meses a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Casi cuatro años de servicio.
De 1944 es la licencia de la Comandancia de Marina para utilizar 200 metros en la playa de las Acacias para la carpintería de ribera. Con su hermano Antonio, conocido como Antoñito el de Julián, en recuerdo del abuelo de ambos, construyó su primera barca de jábega, la María Juliana, hoy Virgen del Carmen.
Maestro en los astilleros Nereo durante siete años y profesor de las nuevas generaciones de carpinteros de ribera, Julián Almoguera recibe mañana sábado, 1 de octubre, en el restaurante Fossil de Pedregalejo, a partir de las 21.30, el homenaje de la asociación cultural Amigos de la Barca de Jábega (ABJ), que le impondrá la insignia de oro de la entidad por estos 50 años de trabajo.
Qué alegría que estos homenajes se den en vida del protagonista, para que homenajeado y familia disfruten de corazón de este merecido galardón. Felicidades a la ABJ por esta acertada iniciativa. Habrá que seguirle la pista a esta activa asociación – y a otras de Málaga Este– que tanto bien está haciendo a la barca de jábega y todo su mundo.
La doble oferta
La página web de Málagaport, la entidad que promociona el puerto de Málaga, lleva desde el miércoles intervenida por algún hacker con más mala leche que un tártaro. Al menos ayer, si alguien intentaba entrar en la página terminaba en la web de un exótico bingo o en una de contactos para solteros. Una doble oferta más propia de un crucero chungo que de una página institucional portuaria. Suerte.
La atracción
Junto a la iglesia de Santiago un guía mostraba hace unos días a unos turistas italianos algo tan típicamente español como un puesto de cupones de la ONCE. Muy pocos no se quedaron sin hacer la foto de rigor. Convertir los pequeños detalles, incluso los más insospechados, en algo atractivo para el turismo, es lo que a veces diferencia un recorrido turístico de una tesis doctoral.