Ejemplar lección de vandalismo institucional

29 Jun

La Unión Temporal de Administraciones tumba todas las alegaciones contra el Málaga Palacio del siglo XXI en el Hoyo de Esparteros. El disparate tiene vía libre.

Entre las modalidades de vandalismo urbanístico que nos depara esa Gran Muralla China de hoteles y viviendas de nuestra castigada costa mediterránea, el que más resistencia presenta ante las protestas ciudadanas es el vandalismo urbanístico institucional.

Cójase, de Gerona a Cádiz, un proyecto desquiciado que redunde en beneficio de unos pocos y añádase el apoyo de una institución o de varias si es posible, y ese proyecto verá la luz del día aunque para el común de los mortales sea un disparate tan grande como el ego de Maradona.

En Málaga lo hemos comprobado innumerables veces, desde el vacío legal de los años sesenta –cuando la ausencia de un plan urbanístico permitió monstruosidades de ciudad hortera– hasta nuestros días, con unas administraciones que siguen sin aprender la lección de la burbuja inmobiliaria y, en el caso de nuestro Ayuntamiento, dependiendo de constructores y promotores para dejar de ser uno de los consistorios más endeudados de España.

Sumen a esta coyuntura una preparación para la gestión política con la que muchos de nuestros políticos no durarían ni un cuarto de hora en el concurso Saber y ganar y tendrán la explicación de por qué Málaga sigue comportándose, a ratos muy intensos, con la misma codicia urbanística que en los años 70.

Y es que, como era de temer, la Unión Temporal de Administraciones formada por el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía se ha convertido en un tándem terrible cuya finalidad es que llegue a buen puerto el Málaga Palacio del siglo XXI, el hotel de Moneo, que plantará sus reales, con diez plantas de altura, en el Hoyo de Esparteros. El Ayuntamiento, en un gesto de magnanimidad, ha rechazado las cerca de 40 alegaciones contra el hotelazo, presentadas en su mayoría por una plataforma ciudadana e IU.

De nada ha valido recordar que, para satisfacer unos intereses privados, vamos a perder una calle que lleva siglos en el plano de Málaga, con gran significación histórica como el Pasillo de Atocha; además demolerán un edificio levantado por el mismo arquitecto de la calle Larios y que en los años 20 fue sede del Gobierno Civil y perderemos parte del Hoyo de Esparteros, que alojó a importantes familias malagueñas del XIX.

Poco importa que, aprovechando las ínfulas destructivas del proyecto, nuestras vandálicas autoridades, como remate van a permitir que se levante hasta la misma altura que el hotelazo la próxima Muralla China de viviendas que surja junto al río para uniformar la tropelía.

Este proyecto, que erizaría los pelos de cualquier representante de la Unesco, sigue adelante con todas las bendiciones de la Unión Temporal de Administracionesn (UTA), imbuida de esa moda cateta de captar arquitectos-estrella con barra libre para construir como quieran y donde quieran.

Por eso, habrá que rebautizar a los políticos de la Junta y el Ayuntamiento que apoyan esta idea con nombres como Trasamundo, Hilderico o Genserico, reyes vándalos que compartieron el mismo planteamiento vital de no dejar títere con cabeza ni ciudad con patrimonio. Vía libre.

3 respuestas a «Ejemplar lección de vandalismo institucional»

  1. Es lamentable la inercia rancia con que funciona la administración española, andaluza y malagueña en particular.
    Hace una semana que el Supremo ha paralizado en Sevilla la construcción de la Biblioteca de la Universidad, proyecto de Zaha Hadid, tras la denuncia de vecinos por haberla edificado sobre zona verde. Ahora habrá que demoler, y pagar indemnizaciones, y seguirán sin Biblioteca por la gestión chapucera de Ayuntamiento y Junta.
    En Málaga, de llevarse adelante el Hotel Moneo, pasará exactamente lo mismo: se llevará el caso a los tribunales, y ¡oh sorpresa! los peritos que se designen no tendrán más remedio que constatar que «para que el Hotel encaje en el PEPRI se ha cambiado el PEPRI», lo mismito que en Sevilla, que «para que la Biblioteca se edifique en el Parque, se transforma el suelo verde en suelo dotacional», por las bravas, y sin justificar.
    Y como en los tribunales no piensan que «hay que tener en Málaga un Moneo», sino que atienden a la ley, sin destrozar la ciudad para hacer caja, pues tumbarán el proyecto sí o sí, y entonces, llegarán las indemnizaciones, los gastos irrecuperables, y los «yo no he sido» de la Junta y el Ayto.
    Tiempo al tiempo.

  2. Málaga como ciudad no suele ser agradecida, pero muchos malagueños nunca agradeceremos bastante tu insistencia en denunciar tanto desmán urbanístico. Debe ser muy satisfactorio el ver que a veces, como con el Cementerio Inglés, se puede llegar a tiempo. El artículo estupendo

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