Jardines de Babilonia en la Alameda de Colón

16 Jun

El catálogo de edificios protegidos del PGOU de Málaga es tan modesto, sencillo, humilde, escueto y ligero que si se exhibiera en los principales consistorios europeos, causaría la misma sensación de fascinación y horror que las mujeres barbudas en el siglo XIX. Nuestro Ayuntamiento debería pasear esta joya mundial de la contención por el Viejo Continente y cobrar entrada.

Lo mejor que tiene es que ni siquiera buena parte de los edificios oficialmente protegidos se libra de convertirse en material para los relojes de arena, tal es su concienzudo grado de protección.

En este sentido, Málaga sigue compartiendo la misma preocupación patrimonial que las ciudades más avanzadas del mundo subdesarrollado, lo que ya es un paso a nuestro favor.

Tenemos un ejemplo perfecto del raquitismo de este catálogo en el número 5 de la Alameda de Colón, que a su vez es el 4 y el 6 de la calle San Lorenzo. Cualidades tiene el edificio en cuestión no sólo para estar protegido sino para no pasar desapercibido, tales son sus hechuras, propias de un Teatro Cervantes y sin embargo, asistimos desde hace demasiado tiempo a su constante declive.

Se trata de un edificio de ladrillo visto de cuatro plantas y una buhardilla de ventanas ovaladas. Las dos primeras plantas tienen todo el aspecto de haber servido de almacenes, mientras que el resto, de viviendas, con balcones de hierro forjado.

Según la Guía Histórico Artística de Málaga, dirigida por Rosario Camacho, fue obra del arquitecto municipal del XIX Cirilo Salinas, mientras que el contiguo, casi gemelo (el número 7) lo realizó Diego Clavero.

En el catálogo de edificios protegidos del Pepri Centro no hay ni rastro de estos dos inmuebles. El que ha tenido más suerte es el número 7, que ahora mismo está en obras, conserva la fachada y será convertido en viviendas y oficinas.

El número 5 es otro cantar. En la fachada que da a la calle San Lorenzo ha crecido bajo uno de los balcones del centro un enorme arbusto que parece evocar los Jardines Colgantes de Babilonia, con el estropicio de fachada que esto conlleva.

De hecho, si miran el edificio de frente notarán un preocupante abombamiento del inmueble, mientras nuevos arbustos comienzan a surgir de la fachada en la parte de la buhardilla.

La pregunta del millón es si el Ayuntamiento va a permitir que este edificio se despanzurre los próximos meses en una calle tan concurrida o si va a pedir a sus propietarios que tomen medidas cuanto antes. No sería de recibo repetir la historia, hace una década, del derrumbe de un edificio en la Alameda de Colón.

Que un edificio de Salinas no esté protegido y pase por este purgatorio ante la pasividad municipal es lo lógico en Málaga. No es lo habitual en esa Europa civilizada a la que aspiramos a entrar.

Hambre política

Ahora que nuevas remesas de políticos ocupan sus cargos, esperemos que no nos hagan recordar a aquellos que don Benito retratara «con la servilleta prendida, ante la mesa del Presupuesto», en uno de sus Episodios Nacionales.

Una respuesta a «Jardines de Babilonia en la Alameda de Colón»

  1. Magnífico, Alfonso. Como siempre, das en la tecla justa. He recomendado a mi hijo Manuel que solicite tu amistad por facebbok; ahora está opositando a plazas en centros escolares públicos ( Manuel es licenciado en Magisterio, (infantil) y en Filología Inglesa, ambas Licenciaturas por la Universidad de Sevilla. Creo que entra en sus proyectos venirse algún día por Málaga, ciudad que le encanta.
    La alusión a Galdós, genial, Alfonso. A veces se pregunta uno (como Mourinho) eso de «¿Por qué?»…
    Un fuerte abrazo, maestro!

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