El florecimiento del convento de la Trinidad

6 Abr

Está en su naturaleza, como el alacrán que no puede evitar pinchar a la rana y mandarla a criar malvas (en este este caso, nenúfares).

También está en la naturaleza de las administraciones ser ineptas y mayormente torponas, de tal manera que casi todo lo que hacen tarda el triple de tiempo en ejecutarse y cuesta el doble de lo planificado.

Con este panorama no debería alarmar que la Junta de Andalucía, a estas alturas del cuento, no haya hecho nada más que ruedas de prensa pero casi nada tangible en el Parque de los Cuentos que quiere instalar en el antiguo Convento de la Trinidad.

Había ecos felices de una inversión urgente en el primer trimestre del año pero, a simple vista, da la impresión de que la única inversión ha sido en abono natural, porque el antiguo cuartel se ha transformado en un jardín botánico salvaje, eso sí, de enorme belleza.

Los parterres que dan a la Calzada de la Trinidad son el sueño del Padre Mundina, cuajados de flores, aunque también se elevan al cielo viejas acacias, con sus flores como cera comestible y unos arbustos de temporada que ya llegan a la primera planta del cuartel.

Abundan sobre todo margaritas y de hecho, hay tantas que bien podría organizar la Junta, en los quinquenios que tarde en construir el Parque de los Cuentos, una contraofensiva comercial y mandarlas por toneladas a Holanda. Que aprendan las antiguas posesiones.

En el gran patio del antiguo cuartel –el que da al Archivo Histório Provincial– en lugar de soldados hay esbeltas flores en posición de firmes y suficientes matas como para rellenar todos los colchones de los reclutas.

Estalla la primavera en el recinto conventual y una vez más la Naturaleza pone en evidencia la lentitud invernal de los despachos. El Parque de los Cuentos, el cuento de nunca empezar, ya tiene una bonita historia para deleitar a sus futuros visitantes: la de un recinto abandonado y sin embargo, lleno de belleza y de vida. Está en su naturaleza.

El desdeo

Desde todos los partidos malagueños, desde la insistencia y desde el abuso, desde hace años insisten, desde el machaque, en utilizar desde la falta de ideas y desde la pobreza gramatical la preposición de tiempo y lugar desde.

Desde entonces, en sus discursos y comunicados de prensa no hay párrafo que no empiecen desde el principio con desde. ¿Desde cuándo comenzó esta plaga que destroza el español desde la ignorancia? Desde que una panda de asesores panolis puso, desde la moda y desde una traducción chunga del inglés, esta preposición que ha perdido, desde ese momento, todo su significado.

A, ante, bajo, cabe, con, contra, de (…) en, entre…. Hay vida en la lengua española sin necesidad de desdear a todas horas, y como dirían nuestros concejales, «lo digo desde el cariño» –e incluso con cariño, sin más gaitas–.

Las sincronizadas

Ayer, tres palomas bebían, de forma sincronizada, del estanque que hay en el jardincito del Museo Picasso.

Una respuesta a «El florecimiento del convento de la Trinidad»

  1. Muy bien eso del «desdeo», y con toda la razón del mundo lo pones en solfa. Es algo más que añadir al ya tan trillado «dequeísmo». Si el «de que te he dicho que no» quedaba basto (y hortera, casi), el «lo digo desde el cariño» y usos similares, que con acierto denuncias, resulta insufrible, y hasta suena a falso.
    Mi maestro Manuel Alvar (padre) te hubiera puesto matrícula, Alfonso.

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