Una hora sin luces políticamente correcta

29 Mar

Cada día abundan más las iniciativas globales y solidarias. Raro es el día de la semana en el que no se conmemora, aunque sea de una forma modesta, el Día del Sastre Europeo o el del Filete poco Hecho (vuelta y vuelta, vamos).

Incluso a una provincia tan derrochadora en tantos aspectos como Málaga volvió a llegar el pasado sábado La Hora del Planeta. Se trata de una preciosa idea que consiste en apagar todo lo que se mueva durante una 60 minutos para concienciarnos del cambio climático, que ya está aquí. La iniciativa la han compartido cientos de ciudades del mundo y nosotros también nos apuntamos al bombardeo.

La paradoja es que los primeros que se suman a la iniciativa son instituciones públicas y privadas que no hay año que pase que no decidan iluminar un monumento, un edificio o un sede más.

Hace unos años, desde el punto de vista de la iluminación artística Málaga era, contemplada desde el espacio, como un agujero negro, como si nada hubiese en ella que mereciese la pena iluminar.

Pero el paso del tiempo ha decantado la balanza al otro lado y estamos en condiciones de asegurar que, si no fuera por la crisis económica, aquí tendrían iluminación artísticas todas las entidades y organismos de Málaga, ya fueran juntas de distrito, peñas, cajas de ahorros, cofradías, colegios profesionales y por qué no, funerarias.

El gen del nuevo rico que ha desarrollado pero también castigado a esta ciudad es el culpable de este afán de parecernos a Las Vegas o a una ciudad Patrimonio de la Humanidad en la que todo su contenido merezca el afecto inmortal de unos focos.

Por eso, suena a pose churrigueresca este apagón de 60 minutos, cuando la postura más razonable debería ser plantearse seriamente si todo edificio de Málaga debe ser merecedor de un chorro de luces apuntando a la fachada e incluso al cielo, aunque los puntos de luz sean de bajísimo consumo.

Mucho más comprometido con el Medio Ambiente sería oponerse a tanta iluminación innecesaria, a tanta contaminación lumínica, en lugar de subirse al carro de lo políticamente correcto y darle al interruptor para apagar el invento una hora.

Bastante más habrían trabajado por el Medio Ambiente las administraciones de plantearse con menos provincianismo las derrochadoras sedes de la Gerencia de Urbanismo y de la Diputación, ejemplos de como dos administraciones de signo político tan distinto pueden coincidir en el despilfarro del dinero público.

Una cosa sí que hay que admitirles a los responsables políticos de estos dos hitos: eso sí que es tener pocas luces.

Referencia pionera

El departamento municipal de prensa emplea no menos de 50 veces al mes los adjetivos «referente» y «pionero» para referirse a todo evento, edificio o cosa en los que intervenga el Consistorio.

Ni sir Alexander Fleming, pionero en la lucha contra las bacterias y referente de la investigación médica, fue merecedor en vida tantas veces de estos adjetivos.

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