A Manuel del Campo lo recuerdo siempre trabajando incluso cuando el resto de los mortales descansaba. De pequeño, el firmante acudía algún sábado con su abuelo al actual Museo Picasso, sede entonces de la Academia de Bellas Artes de San Telmo y allí estaba él, en sus funciones de secretario de la institución y ya en ese tiempo, hace 35 años, con una sonrisa inasequible al desaliento.
El paso del tiempo no ha hecho sino acrecentar esta disposición al trabajo: en 2006 fue nombrado merecido presidente de la Academia de San Telmo, un cargo en el que ha seguido demostrando que se puede trabajar por los demás siempre con una sonrisa.
La fuente de tanta simpatía, de esa felicidad y bondad interior que irradia Manolo del Campo quizás estribe en que ha saboreado y sigue saboreando su profunda vocación por la artes, la primera de todas la Música, unida a ella de forma intensa desde los 14 años.
Pianista, director de orquesta, compositor, catedrático de Conservatorio, mejor expediente académico musical de toda España…también ejerce de crítico musical en prensa, introduciendo la cultura musical en una ciudad como Málaga cuyo sonido más presente en las últimas décadas ha sido el taladro.
Por todo estos méritos, por todos estos años de trabajo y los que le quedan, es una gran satisfacción comprobar que el Ayuntamiento de Málaga le dedicará unos jardines el próximo lunes, a partir de las 9.30 de la mañana. Lo de la zona verde caía por su propio peso, no en vano el nombre completo del homenajeado es Manuel del Campo y del Campo.
Pero además el lugar no puede ser más acertado, ya que se trata de los jardines delanteros del Ejido, a dos pasos del Conservatorio Superior de Música.
En unos tiempos en los que la frivolidad política se desparrama sin rubor en forma de trajes de chaqueta y expedientes de regulación de empleo, aquí hay un ejemplo perfecto de honestidad, compromiso por Málaga y grandes dosis de trabajo inteligente. Y por si fuera poco, siempre con una sonrisa: como la de quien tararea el trozo de una sinfonía inolvidable. Felicidades.
Fomento de la discordia
Desde los tiempos heroicos de los filibusteros, no se había escuchado en Málaga una oferta tan grotesca y sonrojante como la que el Ministerio de Fomento ofrece a nuestro Ayuntamiento a cambio de los terrenos del Campamento Benítez, cedidos por el municipio al Estado en los años veinte.
El ambiente enrarecido –propio de políticos de cortas miras– en el que se mueven las administraciones en Málaga se enriquece a mares con los 78 millones de euros que el bendito Ministerio de Fomento pretende cobrar al Consistorio a cambio de una inversión de 8 millones, de los que este absurdo organismo sólo invertiría 5.
Erasmo de Rotterdam describió con magistral ironía el enorme poder que la estupidez ejerce en el mundo. Cinco siglos más tarde, la oferta ministerial constata que la visión del gran maestro humanista sigue más viva que nunca. La estulticia, al poder.
Desde luego, señor Alfonso.
Un saludo, y muchas gracias.
Ah, respecto al último punto, parece que el Ministerio de Fomento goza de la colaboración, apoyo y ayuda de María Gámez, candidata a la alcaldía de Málaga. ¡Menuda candidata!, ¿No, señor Alfonso?
Alfonso, como te es habitual, el sano sentido del humor no te abandona ni siquiera cuando pones sobre la mesa del panel de la prensa digital ( y de la escrita) la muchedumbre de «cosas veredes, amigo Sancho», y en estas fechas, cosas de absoluta estupidez.
Un cordial saludo, y como siempre : gracias por tus escritos.