Con el permiso de ustedes, un servidor se va a envolver en una cortina, a la manera del futurólogo Rappel, y sin necesidad de estudiar las vísceras, leer los posos de café o interpretar el vuelo de los pájaros, va a vaticinar que el Museo Thyssen será el gran bombazo cultural para los malagueños y en principio, la reconciliación de un importante sector de la ciudad con el arte, después del desconcierto que en sus filas causó la inauguración del Museo Picasso.
Alguna vez hemos comentado la obviedad de que un buen número de malagueños sigue sin tragar ni apreciar, y mucho menos sin comprender, a Pablo Ruiz Picasso, aunque duela decirlo.
Con el maestro malagueño siempre ha existido una desconfianza casi secular pues no sólo se atrevió a romper con el arte comprensible, con la tradición decimonónica de la que hicieron gala los grandes pinceles de nuestra ciudad, sino que para más inri, capitaneó en todo el mundo las incursiones del arte por senderos, para un importante sector de Málaga, intransitables.
Se entiende así que, como hemos comentado alguna vez, la asistencia de los malagueños al museo de la calle San Agustín no haya alcanzado, ni de lejos, unos índices masivos y que muchos se hayan contentado con visitarlo una vez, para al menos dar fe de que entraron en el recinto.
Como curiosidad, en todos estos años de encuestas de un servidor a recelosos visitantes malagueños del Picasso, ha predominado esta respuesta: «Me ha gustado más el museo en sí que los cuadros».
La Málaga de comienzos del siglo XXI sigue educada artísticamente en la pintura del XIX (lo que no quita que sea magnífica) y esta es la realidad en la que nos movemos. Un recorrido por las casas con posibles de nuestra ciudad nos mostrará un apabullante predominio de colecciones de pintura malagueña del XIX y de artistas contemporáneos cuyo enorme éxito local se basa, precisamente, en no apartarse un ápice de las líneas marcadas hace más de un siglo por artistas como Denis Belgrano y, como mucho, Martínez de la Vega.
No es esta una crítica sino la constatación de una realidad y del acierto de Carmen Thyssen al elegir para Málaga un museo centrado en el XIX y no en pintura más moderna. Por eso, no es difícil imaginar las colas que recibirá el museo en estos días de apertura gratuita y el constante aluvión de visitantes malagueños que tendrá.
Si a cada ciudad hay que darle un producto adecuado a sus necesidades, el Museo Thyssen está diseñado a la perfección para Málaga y por eso su éxito superará, al menos entre nuestro paisanaje, al atrevido contenido del Museo Picasso. Es lo que hay.
Más bicicletas
El área de Seguridad ha respondido a los responsables del colegio Jorge Guillén, organizador de la IV Bicicletada Escolar anulada por falta de permisos, que la policía cumplió con el decreto 195/2007 y la ley 13/99 que exige cobertura médica y el seguro correspondiente por si ocurriera cualquier accidente.