La calle Sierra de Grazalema, en la parte alta El Limonar, cuenta desde hace demasiado tiempo con Generalife en horas bajas. El escultor Miguel Berrocal proyectó para este rincón de Málaga de nueva construcción, junto a la antigua finca del Mayorazgo, una artística fuente acompañada por una acequia que recorriera de forma escalonada una glorieta de tamaño respetable.
Los cipreses, la hierba, el agua y el mármol blanco eran una reinterpretación moderna de un jardín árabe.
El único problema fue no contar con esa minoría de gamberros ególatras que, de tanto pensar sólo en ellos, terminan siendo portadores de una alta potencia destructiva del patrimonio.
Una fuente tan atractiva, con amplias losas de mármol descendiendo por la pendiente verde era demasiada tentación para lo que comunmente se conoce como los niñatos y que describe a adolescentes desnortados en pleno periodo de efervescencia energética.
Muchos ya saben lo que sigue: los jardines con la fuente de Berrocal se convirtieron en centro de reunión de los amantes del monopatín. De tanto lanzarse cuesta abajo por los mármoles que escoltan la acequia, todo el conjunto se fue al garete, hasta alcanzar el grado de deterioro actual, con losas arrancadas, rotas y desaparecidas y por supuesto, ni gota de agua.
Afortunadamente, la zona que se encuentra, siempre entre comillas, en mejor estado, es la de la fuente, en la parte alta. Lo único que encontramos a su alrededor es madera podrida, restos de ropa y muchas pintadas, pero la fuente en sí, realmente bonita y muy en la línea de Miguel Berrocal, no parece haber sufrido daños.
Otra cosa son los mármoles supervivientes, repletos de pintadas de colores entre las que abunda la palabra skateboard, lo que certifica a qué se dedican estos destructivos nenes.
Según fuentes vecinales y municipales (hoy va todo de fuentes), el conjunto de la fuente no pertenece al Ayuntamento sino a la entidad de conservación de la zona. Las mismas fuentes municipales precisan, aunque la fuente no es del Consistorio, dada las quejas de los vecinos, la Gerencia de Urbanismo está preparando un proyecto para restaurar el conjunto.
La pregunta del millón es si en la restauración se usarán materiales antideslizantes o algo que le quite atractivo al colectivo del monopatín. En caso contrario, y sin querer ser aguafiestas, volverán los destrozos. La Policía Local no lo quiera.
Los globos
Como cada día los políticos, los organismos y las entidades de Málaga hablan más raro y muy pronto necesitaremos un traductor simultáneo para saber qué dicen, no es de extrañar que hace poco uno de estas instituciones malaguitas anunciara un acto «para la globalidad de los ciudadanos», oséase «para todo quisqui», pero esto último no es lo suficientemente «prestigioso» para esta raza biónica de seres políticamente correctos (algo que lleva aparejado una pequeña dosis de memez).
No es Sierra del Guadalhorce, la calle se llama Sierra de Grazalema. Al igual que las pintadas deberían ser los vándalos los que pagaran los arreglos, algo habrá que hacer, este tipo de actos no van a menos.