En la presentación la semana pasada del espléndido bulevar que sustituirá a las vías del tren, a un servidor le gustó mucho el salto tecnológico del alcalde.
Hasta la fecha, habíamos visto al primer edil, por exigencias del cargo, con un gorro de King África, un sombrero de verdiales o vestido de motero, pero nunca inmerso en un entorno digital emulando a Tron.
Eso fue lo que pudieron ver el pasado viernes 200 vecinos de los barrios que muy pronto disfrutarán de esa avenida con zonas verdes: a Francisco de la Torre hablándoles con la corrección de siempre mientras a su alrededor la tristona realidad actual se transformaba en una avenida esperanzadora. Vamos, que sólo le faltó un abrigón largo, gafas oscuras y flotar en el aire para enfrentarse a algún malvado político enviado por la Junta. Enhorabuena por el salto digital.
Dicho esto, el anuncio del otro día tuvo para un servidor dos pegas, quizás motivadas por las vísperas electorales en las que nos movemos. En primer lugar, los rascacielos que atosigarán la zona con la llegada en tromba de miles de oficinas aparecían transformados en gráciles ensoñaciones digitales, cubiertos de cristalitos de colores, como si en lugar de respetables construcciones hubieran salido de las vaporosas selvas de la película Avatar.
Que no se fíen los vecinos de esa imagen amable que exhibía por ejemplo, la injustificable torre en los terrenos de la Flex, una auténtica lección de urbanismo de Oriente Medio para la zona más poblada de Málaga (junto con la Cruz del Humilladero). Los cristalitos de colores no esconden la casposa realidad del parcheado urbanístico que padecerán.
En segundo lugar, el Ayuntamiento ha reinventado para la ocasión el español con la creación de la «Avenida Parque», una expresión que ha dejado descolocados a muchos malagueños, que hasta ese momento de sus vidas nunca la habían escuchado. Recordemos que, siguiendo las pautas normales del diccionario, se puede discutir si lo que se va a hacer es una avenida con zonas verdes, un bulevar o un parque lineal con una carretera al lado. Pero hasta la fecha nadie había estrenado en Málaga eso de la «Avenida Parque», que por las mismas razones también se podría aplicar a la avenida de Andalucía.
No vamos a discutir aquí las ventajas de esta expresión que vende tan bien en época pre electoral, sino a preguntarnos si el Consistorio, con esta sorprendente iniciativa, va a estrenar una nueva forma de describir el mundo en español en la que, por ejemplo, la calle Pacífico sea una Avenida Playa y las rotondas con árboles Glorietas Bosque.
Sería una vuelta de tuerca más en en el imparable proceso de marcianización del lenguaje político malagueño.
Pegas electorales aparte, bienvenido sea un proyecto que cambiará como de la noche al día una de las zonas más degradadas de Málaga. Ánimo y a ponerse con la Avenida Parque…o lo que demonios sea.
Sevilla
En algunas culturas primitivas, bestia mitológica que nunca está saciada.
Señor Alfonso, ¿Cuándo cree usted que estará lista la «Avenida Parque», para que década o siglo? ¿De verdad se van a hacer los rascacielos, y el hotel Moneo en el sitio Moneo? ¿De verdad, señor Alfonso?
Un saludo, y muchas gracias.