El ninguneo al tacón en el barrio de la Trinidad

7 Feb

Esta misma semana mencionamos la historia de la avenida de Barcelona, la cuesta que desemboca en la plaza de Bailén y que sale de calle Mármoles, con preciosas vistas de la iglesia de San Pablo, sobre todo al amanecer y al atardecer, cuando se recorta en el cielo la torre, que aparece de improviso en una de las calles que desembocan en esta avenida.

El nombre original de la cuesta era calle Tacón y parece que esta pieza tan fundamental del calzado no estaba a la altura de una de las principales calles del barrio.

Según cuenta el periodista Domingo Mérida en su trabajado libro del Callejero de Málaga, fue a mediados de los 60 cuando Pepe Bravo, alcalde honorario de la Trinidad, solicitó al Ayuntamiento el cambio de nombre de la calle.

También se sumó a la petición la cofradía del Cautivo, que está vinculada al Ayuntamiento de Barcelona. El Consistorio de la Ciudad Condal, por cierto, había prometido a la cofradía que construiría un colegio (que nunca hizo).

La calle Tacón fue la elegida, y el nombre de esta se exilió a donde se encuentra desde hace casi medio siglo: a Maqueda (Campanillas), al lado de la calle Quebrantatinajas, que también se las trae.

Como destaca un amable colaborador de este periódico, José Manuel Leiva, la placa de cerámica con el nombre de la calle sí que la sufragó el ayuntamiento catalán y todavía perdura, habiendo sobrevivido hasta al incendio de un toldo que tiene debajo.

Lo exótico de todo este asunto es que en la nota en la que se justificaba la sustitución de calle Tacón por avenida de Barcelona, se ridiculizaba el tacón, desconociendo que no hacía referencia a una parte del zapato sino a don Miguel Tacón y Rosique, mariscal de campo y gobernador militar de Málaga en tiempos de Fernando VII.

El gobernador Tacón, por cierto, compró una huerta de grandes dimensiones sobre la que luego se levantaría el Hospital Civil, de ahí el que se escogiera la Trinidad para recordarlo.

el sorteo

Siguiendo con este curioso asunto, un cofrade del Cautivo nos informa de un suceso de hace muchos años, cuando las relaciones entre la cofradía y el ayuntamiento de Barcelona eran muy fluidas.

No es de extrañar que la hermandad enviara un año lotería a los funcionarios municipales barceloneses y resulta que les tocó la devolución, así que los empleados, por carta, reclamaron al Cautivo el dinero, que no daba, precisamente, para tirar cohetes. Se lo habían ganado, aunque la petición sorprendió en Málaga.

Convivencia

A pocos metros del Parque Litoral, en un terrizo vecino en el que asoma la hierba, la pasada semana pacían dos mulos muy hermosos, que no parecían percatarse de las caras de extrañeza de los conductores. Cada vez quedan menos sitios en los que el campo y la ciudad se soportan.

Una respuesta a «El ninguneo al tacón en el barrio de la Trinidad»

  1. Son historias que me resultan cercanas. La actual avd. de Barcelona antiguamente la formaban dos calles. Acera del Campillo desde C/ Mármoles hasta la plaza y ya el resto C/Tacón, que por cierto era una perfecta muestra de la idiosincrasia del barrio. A un lado de la calle enormes casa, no serían más de ocho en total y en el otro, casi todos los edificios eran corralones.

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