El descubrimiento de otro Callejón del Gato

1 Feb

La madrileña calle Álvarez Gato, que recuerda a un mayordomo de Isabel la Católica de apellido materno bastante felino, es conocido popularmente como el Callejón del Gato, escenario de la obra de teatro Luces de Bohemia, donde Valle Inclán nos descubrió el esperpento. En la calle, por cierto, pueden verse un par de espejos (cóncavo y convexo) que deforman la realidad.

Málaga se está ganando a pulso su Callejón del Gato particular, en realidad, el conjunto de pasillos que rodea el mercado provisional de Atarazanas.

La llegada de esta estructura con forma de enorme gallinero (el interior es mucho más interesante que el envoltorio de aires carcelarios) ha descubiertos recovecos insospechados a personas de todo tipo, unidas por una misma dolencia: la incontinencia urinaria.

En efecto, si usted entra a la zona por un lateral del Museo de Artes Populares, a cualquier hora del día o de la noche detectará un olor intenso a pipí. No se trata de ningún recuerdo infantil espoleado por magdalenas proustianas, se trata científicamente de una presencia odorífera incapaz de eliminarse por la ingente cantidad de sujetos que en este callejón gatuno cambian el agua al canario. El olor a meado sigue muy presente en las rampas de acceso al mercado provisional, así que ojo con subirse en ellas.

Y como dice todo informe jurídico que se precie, «otrosí» (también se aconseja escribir «a mayor abundamiento»), la zona cuenta con mendigos en las noches frías de Málaga.

El callejón, muy utilizado por los usuarios que van al aparcamiento de la calle Camas, presenta por las mañanas un aspecto desolador y en el interior del mercado pueden verse latas, botellas y paneles de colores rotos, además de cajas de frutas encestadas en los tejadillos.

Existe el proyecto de que parte de las instalaciones del mercado provisional tengan un uso cultural como convertirse en el futuro mercado de las artes. Si el plan se va a llevar a cabo, que el Ayuntamiento vaya comprando un par de tanques de desinfectante.

Este nuevo meadero público bien podría ser un esperpéntico Callejón del Gato. Eso sí, no le echemos la culpa al gato: ellos utilizan el serrín.

La prueba

Cuando la aurora de los dedos rosados todavía no ha estirado las manos pero la noche comienza, tímidamente, a clarear, si subimos la avenida de Barcelona hacia la plaza de Bailén y miramos hacia la derecha, veremos el perfil de la iglesia de San Pablo recortándose en ese día invernal que se despereza. Prueben y luego me lo cuentan.

Reflexión

La sabiduría popular no es más que la reflexión cimentada en un largo tiempo de observación. Ayer comentaba un taxista que, visto el mutis por el foro de tantas empresas, «la única empresa que no nos ha abandonado ni nos abandonará» es el sol, aunque, destacaba, cuando el termómetro baja de los 20 grados el malagueño tiende a adoptar la vestimenta de un habitante del Ártico. Cierto.

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