Si hiciéramos una traslación de los presupuestos del Mundo Antiguo a la actualidad, el edificio de Urbanismo en El Bulto seguro que como mínimo quintuplicaría lo que costó levantar el Templo de Zeus en Olimpia, en cuyo interior, también presupuestado, se encontraba la estatua de Zeus, una de las Siete Maravillas del Mundo.
Hay serias dudas de que el edificio acristalado de Urbanismo, estratégicamente diseñado para que su coste sea escandaloso y vergonzoso, quede incluido, siquiera, en la lista de maravillas provinciales.
El templo de Zeus, por contra, no sólo ha sido un modelo arquitectónico a seguir sino que, a pesar de haber sido destruido en el siglo V, nadie se ha olvidado de él.
Sin embargo, no podemos decir que el edificio de Urbanismo sea inolvidable, con la salvedad de su factura. Uno de sus grandes fallos es haberlo construido de cristal en una ciudad tan soleada como Málaga, o lo que es lo mismo, haberlo transformado en un gigantesco electrodoméstico en el que, despreciados los ahorrativos principios de la arquitectura tradicional, es necesario gastarse lo que no está escrito para refrigerar o calentar el aire.
Puestos a despilfarrar dinero público, para que el invento acristalado no se convierta en un horno en verano o en una nevera que no retenga el poco calor del invierno, ha sido necesario colocar 7000 metros cuadrados de una lámina de cristal motorizada, conectada con una central meteorológica. Nueve millones de euros ha costado solamente esta broma, que nos habría salido mucho más barata de haber elegido mejor los materiales.
Pero no están por ahorrar nuestros políticos. En el dinero público siempre subyace la alegría gastadora de quien sabe que no maneja euros propios sino ajenos. Llama la atención, eso sí, que en la reciente visita de este servidor al complejo elefantiásico, los números de las plantas sean folios pegados y con el número escrito: presupuesto hay todavía para colocar cartelitos más dignos.
De cualquier forma, un mínimo de análisis sereno no hubiera disparado hasta fronteras bochornosas el presupuesto de este edificio de nuevos ricos, ideal para la Marbella de tiempos del GIL o para el magnate ruso del Monte San Antón pero no para esta Málaga castigada por una crisis de caballo.
En el último tercio del XVIII, el viajero inglés Francis Carter detectó en esa Málaga que salía de la oscuridad de los siglos y se abria al comercio internacional la actitud generalizada de sus ciudadanos de aparentar más de lo que eran.
Dos siglos más tarde, el templo urbanístico de El Bulto confirma que esta tendencia tan provinciana sigue estando, como mínimo, en los genes de nuestros frívolos representantes políticos.
Generando
Siguiendo con los políticos malagueños, aquí va una sugerencia de verbos sinónimos: ocasionar, crear, suscitar, producir, inventar. Todo esto viene a cuento porque en la vida no se puede usar todo el santo día el verbo «generar».
Señor Alfonso, ¿Aún no hay nadie en la cárcel por participar en la ‘generación’ del elefantiásico edificio?
Un saludo, y gracias.
PD
¡Qué ciudad!
Y aun hay que aguantar escuchando declaraciones de estos personajes diciendo que ha sido, al final, barato..
Yo debo ser tonto, porque no entiendo nada..
Gracias por la entrada,
un saludo