El acento andaluz no es raro, si acaso usted

Hoy, en lugar de por los cerros de Úbeda marcharemos por los cerros de la capital de España. Ustedes disculpen esta tournée, pero resulta cada vez más frecuente que cuando un político de fuera de nuestra región se refiere a Andalucía, suele hacerlo en términos sarcásticos o despreciativos.

El último en unirse a la panda ha sido un señor llamado Juan Soler, nada menos que portavoz adjunto del PP en la Asamblea de Madrid, aunque el puesto de responsabilidad no le ha privado de exhibir su falta de formación ante toda España.

Sin entrar en terrenos ideológicos, analicemos lo que ha dicho el «baranda» en su blog. Como no tenía nada mejor que hacer, ha escrito de la socialista malagueña Trinidad Jiménez, que como muchos saben participará en unas «primarias» de su partido para optar a ser la oponente de la popular Esperanza Aguirre en las elecciones a la Comunidad de Madrid.

Pero no lo ha hecho deteniéndose en sus propuestas o en su forma de trabajar, que hubiera sido lo lógico, sino en su acento.

El acento andaluz de Trinidad Jiménez a Juan Soler le parece que le hace más apta «para Dos Hermanas o Vélez Málaga», de ahí que concluya que le falta «cuajo madrileño»?y que «suena extraña», como si en lugar de una candidata fuera Darth Vader.

Siguiendo su alambicado razonamiento (lleno de prejuicios provincianos) Manuel Fraga, de sospechoso acento gallego, nunca habría podido traspasar las fronteras galaicas para hacer carrera política en Madrid, lo mismo que Mariano Rajoy. Y qué me dicen de Carlos V, que nació en Gante o de Antonio Cánovas del Castillo, que vino al mundo aquí mismo, cerca de calle Carretería.

Resulta preocupante que un político madrileño utilice el mismo razonamiento que el nacionalismo más retrógrado, en su día muy crítico con el lugar de nacimiento de José Montilla, natural de Iznájar, Córdoba.

En su exhibida ignorancia, se olvida el señor Soler del gran cronista y «propulsor» del Madrid costumbrista, Benito Pérez Galdós, quien durante toda su vida lució un «extrañísimo» acento canario, algo que no le impidió triunfar en una villa que debe su poderío a esa mezcla de acentos «inapropiados».

En Málaga, otra ciudad formada gracias a la prodigiosa suma de hablas «raras», a ningún político autóctono se le ha ocurrido criticar a Pedro Aparicio o a José Antonio Griñán, ciudadanos de los madriles, por pronunciar el plural con contundencia, y estamos seguros de que nadie será  tan insensato como para hacerlo.

Habrá que repetir la lección: no existe ninguna forma de hablar español que sea mejor que otra (ni siquiera la de Valladolid), lo que sí importa es hablar de forma clara y correcta, algo en lo que el acento no tiene nada que ver.

La ignorancia siempre fue osada pero hay que saber contenerse, por eso le deseamos al señor Juan Soler una pronta mejoría en su formación cultural. Y ya sabe, hable como le dé la gana pero intente no hacer el ridículo cayendo en tópicos de tiempos de Miguel Primo de Rivera, quien por cierto era de Jerez. Qué se le va a hacer.