Música, diversión, magia y sonrisas es lo que ofrecen, desde su fundación en 2007, los Trovadores Sin Fronteras, un grupo de unos 40 malagueños que una vez al mes ofrecen un bonito espectáculo en el área de oncología del Materno Infantil, aunque también los podemos disfrutar en otros escenarios, como hace unos días en el Real Club Mediterráneo, con una gala solidaria en la que recogieron una gran cantidad de cuadernos, cuentos y lápices para los niños.
La estupenda idea partió del periodista de Málaga TV Manolo Reina y de ese «mago» de los chaqués y los instrumentos musicales que es Miguel Ángel Piédrola. Manolo toca la bandurria como pocos y Miguel Ángel se convierte en un ilusionista, mientras les acompañan un nutrido grupo de acordeonistas, tenores, arpistas, violinistas, guitarristas y hasta un coreógrafo.
En tan corto periodo de tiempo, los trovadores ya han sido galardonados con el premio Andaluces de Primera, otorgado por la peña La Paz en 2008.
Ahora, este grupo de amigos acaba de adoptar como anagrama para lucir en sus actuaciones un motivo muy musical.
Se trata de un cuadro del artista Ramón Melero, un salmantino polifacético, pero también discreto, cuya obra más conocida son los murales del Ayuntamiento de su ciudad. La obra elegida por los Trovadores Sin Fronteras es una pintura a la cera titulada Tunos, creada en 1959 y que representa a dos tunos con bicornio (el sombrero de dos picos), uno tocando la flauta y el segundo el violín, en un escenario lleno de color.
Le quedan muchas risas, canciones y juegos por ofrecer a este grupo de malagueños desprendidos que quieren pasar por la vida haciendo el bien y alegrándosela a los demás. Hay que descubrirse ante los trovadores «transfronterizos» y animarles a que no cejen en su empeño.
Los fuegos
El pasado viernes llegó a este periódico la queja de una vecina de la Malagueta, que denunciaba que, a causa de los fuegos artificiales con los que se abre la Feria, no se podía aparcar en el barrio a partir de las 4 de la tarde.
La vecina llamó al Ayuntamiento para ver qué solución daban a los vecinos de la Malagueta pero la respuesta fue lo más administrativa posible:?ponga usted una queja.
La queja ya está expuesta en esta sección. Para el año que viene, esta vecina pide un poco de más planificación y «empatía» con los habitantes de este barrio. Una posible solución que propone:?dejar esa tarde espacio en el aparcamiento de la plaza de toros a los residentes de la Malagueta que se quedan sin poder aparcar en la calle. Y?por supuesto, que sea sin pagar.
¿Tomará alguien nota de este problema? Les pagamos para que tomen nota y si pueden, lo solucionen.
Por cierto, la Malagueta soporta desde hace 40 años el sambenito de barrio «bien» y por tanto «autosuficiente», y quizás por ese tópico es uno de los que menos equipamientos tiene de toda la ciudad. Hora es de que los políticos se tomen en serio este barrio tan poco atendido.