El firmante siempre ha sido un defensor de la Feria del Centro, porque la del Real no deja de ser una más de las miles de ferias clónicas que pululan por Andalucía.
Eso no quita para que uno reconozca que la Feria del Centro vive desde hace años un progresivo declive y que cada día se parece más al ambiente masificado y alcohólico de los sanfermines, sólo que sin toros, aunque abunden los morlacos.
En todo caso, al progresivo deterioro hay que sumar el que la Feria se inicia cada día más tarde, a pesar de que los camiones de la limpieza irrumpen a las seis de la tarde.
Este atraso en el comienzo también redunda en perjuicio de los cruceristas que estos días nos visitan. Según los calculos, 20.000 desembarcarán durante la feria en el Puerto de Málaga.
El problema es que, cuando llegan a lo que creen que es el epicentro de la juerga, se encuentran con un páramo (la calle Larios), repleto de puestos de sombreros y cañas y ahí acaba todo. Servidor ha visto a cruceristas deambulando por el Centro Histórico como almas en pena, tratando de fotografiar a feriantes como quien captura la imagen de un lince.
Si los cruceros desembarcan a los turistas de 10 a 12 de la mañana y se van a primera hora de la tarde, las posibilidades de disfrutar de la Feria de Málaga son muy pequeñas porque todavía no han llegado los feriantes o están empezando a llegar entre las 2 y las 3 de la tarde.
A lo mejor habría que ofrecer, pensando en estos colectivos de captadores de juergas, algún tipo de espectáculo o «paseo guiado feriante» que «aliviara» la espera porque lo que está claro es que no se puede obligar a los malagueños a bailar antes de tiempo.
En caso contrario, se llevarán una impresión de estar paseando por una ciudad fantasma, sólo habitada por vendedores tocando la caña y rodeados de gorros de leopardo y cargadores transportando carritos de bebidas (más los locos que a estas alturas del termómetro todavía les da por ir trabajar).
El detalle
Una joyería de la calle Mármoles luce en su escaparate una réplica de la Copa del Mundo. Lo que no está claro es si el trofeo es un accesorio o si por el contrario se puede comprar y emular así a Andrés Iniesta.
Neolengua
En esta sección el firmante sostiene que los políticos de Málaga cada vez hablan más raro. En suma, se han hecho adictos a un vocabulario que nadie encontrará en los diccionarios de lengua española.
Toda esta introducción viene a cuento porque esta misma semana, una política malagueña soltó sin ningún complejo que una inversión pública «se iba a fasear». Sí existe el verbo «faxear», que es mandar un fax, pero no hay ni rastro de «fasear».
Después de mucho preguntar, un experto en lenguaje oscurantista de la clase política malagueña aclaró el significado del «palabro»:?«Fasear» es, en la jerga de esta influyente minoría, hacer algo «por fases». Tremendo.
Amigo Alfonso, todo un hallazgo lingüístico: fasear. Lo malo es que se parece tanto a falsear, que existe como tú sabes mucho antes que el mismísimo faxear, (que, aunque exista, no deja de parecerse mucho a un «barbarismo muy fino»), y son tantos los falsetes que les salen a algunos políticos, que uno ya no sabe…
Enhorabuena por tus escritos, Alfonso. Te los debemos.