No existe en España ninguna imprenta que haya sacado a la luz tantas horas de genio poético y sentimiento como la que primero se llamó imprenta Sur en 1924 y luego imprenta Dardo.
Fundada por Emilio Prados, de la maquinaria instalada primero en la calle Tomás Heredia y luego en la calle San Lorenzo surgió la revista Litoral, con las primeras poesías de Lorca, Alberti o Cernuda pero también la revista Caracola y las creaciones de Ángel Caffarena y Rafael León. El Ateneo de Málaga ha querido honrar la memoria de esta imprenta prodigiosa con una película de casi 20 minutos, que es todo un homenaje a los hermanos Andrade, José y Manuel, que cogieron el testigo del negocio tras la Guerra Civil, cuando Emilio Prados y el también malagueño Manuel Altolaguirre marcharon al exilio.
La película ha sido posible gracias a la vocalía de fotografía con el siempre activo Pepe Ponce, que ha contado con la ayuda técnica de los hermanos Álvaro y Javier Luna. Suenan en esta filmación las canciones «de época» que podían escucharse en esa imprenta de obras maestras y desfilan imágenes nunca vistas de la actividad en la imprenta y la vida familiar de los hermanos Andrade.
Pero lo más emocionante son los testimonios de cariño de las personas que vivieron la imprenta Dardo, hasta convertirla en un pariente querido. Ahí están las palabras sentidas de Aurora Luque, Pepe Bornoy, Rafael León o su tocayo Rafael Inglada y el siempre necesario encuadre histórico y literario que aportan Julio Neira y Francisco Ruiz Noguera, sin olvidar el importante testimonio de José Andrade, nieto del fundador de Dardo y continuador de su obra.
Este afortunado trabajo puede verse esta tarde a partir de las ocho en el precioso salón de actos del Ateneo. Al finalizar la proyección, algunos de los protagonistas leerán poesías relacionadas con la imprenta de los Andrade. Además, será una buena ocasión para ver juntos a importantes personajes de la cultura andaluza recordando su paso por esta fábrica de palabras.
En 1999, el Centro Cultural de la Generación del 27 consiguió comprar la imprenta y restaurarla. Desde 2005, vuelve a funcionar la imprenta Sur con las mismas máquinas y normas tradicionales, sacando a la luz, como mandan los cánones, una colección de poesía: el Castillo del Inglés. Un final feliz para un cuento de rimas y letras que ha marcado la Literatura española para siempre.
La reacción
En momentos de exasperación hay malagueños que, en esas décimas de segundo que les dura el arranque del cabreo, tienen tiempo para reaccionar con ingenio e incluso para amoldarse a la época del año.
Es el caso de una señora que, la pasada Semana Santa, contempló cómo una joven enfilaba la calle con un macetón en brazos y estaba a punto de chocar con ella, transporte incluido, cuando le alertó de esta manera:?
«¡Niña ten cuidado con la maceta que me la vas a meter hasta en el trono!».