Hace muchos años que la noche de San Juan perdió el carácter romántico, casi mágico de esa frontera de fuego que marca el comienzo del verano.
La prohibición de hacer júas fuera de las zonas permitidas ha concentrado de forma peligrosa a «la masa», que en Málaga es un «ente poblacional» que se comporta con la misma exquisitez que el Increíble Hulk.
El verano pasado, el balance de la celebración de la noche de San Juan fue descorazonador. El desplazamiento en masa a las playas las dejó como si hubiera pasado un maremoto de basura y vandalismo. Resulta casi imposible enpuercar una playa con tanta intensidad en tan pocas horas, pero en Málaga, en lo que a falta de civismo se refiere, el listón siempre lo podemos superar.
En cualquier caso, la «marca» alcanzada por nuestra selección de homúnculos beodos no fue ninguna broma: ardieron tres parques infantiles en las playas de la Misericordia, Pedregalejo y el Deo, además de dejar como la chamusquina barandillas de madera de alguna de estas zonas.
La propia concejala de Playas, Teresa Porras, se preguntó si esta celebración no estaba derivando en un macrobotellón. La respuesta, a la vista de los hechos, es que sí está derivando en macrobotellón y que muy pronto sólo los interesados en pillarse una cogorza en la playa y hacer el bestia podrán sentirse a sus anchas en esta celebración que, por el cariz que toma año tras año, exalta los valores más ebrios de la adolescencia.
Pero tiene que quedar espacio para la esperanza. También hay muchos malagueños que acuden a la playa a divertirse sin emporcar, que se preocupan por recoger toda la basura y que no acuden con miras pirómanas. Confiemos en que esta sana mayoría pueda reprimir los instintos primigenios de La Masa, o La Cosa malagueña.
Pero si el asunto se desmadra, que el Ayuntamiento no promueva más este evento. No puede ser que las borracheras de playa de unos cuantos descerebrados nos salgan por un ojo de la cara.
La selección
En la avenida de Manuel Gorría, apenas 200 metros de calle entre Fuente Olletas y las cercanías del cementerio de San Miguel, cuelgan de los balcones de las casas alrededor de 60 banderas de España. La intensidad con la que en este rincón de Málaga se vive el Mundial no admite lugar a dudas.
Atarazanas
Un amable lector traslada a esta sección la sugerencia que a su vez le hizo un turista catalán que hace unos días visitó nuestra ciudad: la portada del rehabilitado mercado de Atarazanas no puede verse en todo su esplendor desde la calle por la presencia de un arbolito que «tapona» visualmente parte del conjunto.
El turista y el lector proponen trasladar el árbol para que la obra gane más enteros.
Moderación
Comentario de un hincha en Miraflores de los Ángeles:?« A por ellos, si podemos». Se impone el realismo en el fútbol.