Sí señor, hay que echarle más cuento que Saturnino Calleja en la vida para creer a pies juntillas que el Atlético de Madrid es un equipo sufriente, seguido cada 15 días por miles de sufridores que lloran y se retuercen de pena en el Vicente Calderón.
A reforzar este falso mito contribuyó bastante una canción de Joaquín Sabina en la que se resaltaba la manera de perder de los colchoneros (y de “qué manera”, aseveraba el cantante jiennense).
Echando un vistazo a un equipo tan sumamente desgraciado y doliente, vemos que desde su fundación en 1903 ha ganado 9 ligas, 9 copas del Rey, una supercopa, una copa intercontinental, una recopa y acaba de conseguir una copa de la UEFA.
Si comparamos esta trayectoria tan sumamente desgraciada con la del Málaga (en sus variantes de Club Deportivo y Club de Fútbol) vemos que en 60 años el equipo de nuestra ciudad tiene en su haber varios torneos veraniegos de la Costa del Sol e incluso un Torneo de la Vendimia en 1965, sin olvidar la Copa Intertoto de 2002, sólo visible con instrumentos ópticos de enorme precisión.
Así que, por favor, que no nos vengan con cuentos en la capital de España, porque para aprender a sufrir con un equipo que sólo gana para disgustos, el campo de La Rosaleda es el lugar idóneo.
Sin ir más lejos, mañana tenemos un encuentro que certifica una vez más que ser seguidor del Málaga tiene muchísimo más mérito que ser del Atlético de Madrid. Ahí es nada, nos jugamos la permanencia en la liga más aburrida de Europa con uno de los dos únicos equipos que tienen capacidad para ganarla.
El Málaga se enfrenta a un Real Madrid con más millones que el que se perdió en la isla y siempre con el riesgo de que, si en este encuentro despunta algún jugador local, puede ser fichado el año que viene por los merengues (sin olvidar que puede haber oteadores del Barcelona en el campo).
Es la pescadilla que se muerde la cola en los equipos modestos:?si haces un buen año, te quitan a los jugadores buenos y así, sólo de higos a brevas puedes aspirar a dar una pequeña alegría.
Para sufridos, los seguidores del Málaga. Pero todavía queda la posibilidad de dar la sorpresa mañana en este muermo de ‘liga para dos’. Mientras haya esperanza digamos eso de ‘qué manera de ganar’ y que los colchoneros dejen de darnos la tabarra. Lloran con un ojo y nosotros, a mares.
Pesadilla
A 3.200 ascendían ayer por la mañana en facebook los congéneres que no querían ver el Carrefour en el Puerto de Málaga ni en pintura mural. Si sigue el ritmo, para la semana que viene la oposición a esta pesadilla urbanística (una más en nuestra larga historia de horrores) podría alcanzar los 5.000 malagueños, y subiendo.
En todo caso, si persistiera la catetada, un servidor propone que el día en el que se inaugure la pesadilla, el paseo en el que se emplace el ‘super’ se conozca como ‘Elm Street’.
Alfonso, otra vez me obligas. Te superas de una vez para otra y sabes ponerle gracia a lo que dices y pones en solfa al lucero del alba, si preciso es. Repito: te debemos cuanto escribes.
Gracias.