Sólo ocho meses después de que los obreros ‘salieran de la fábrica’ gracias al genio de los hermanos Lumiere, el público malagueño pudo disfrutar, en un hotel de la calle Larios, de las primeras proyecciones de ‘fotografías animadas’, gracias a un cacharro denominado ‘Kinetógrafo Werner’.
Corría entonces el mes de septiembre de 1896, aunque el invento de los Lumiere propiamente, el cinematógrafo, no llegó hasta el año 1898 a la futura sede del Festival de Cine Español.
Si no les convence ver películas en el ordenador o en el ‘cine en casa’ y echan de menos la emoción contenida de las viejas salas, van a disfrutar como niños con la exposición ‘De las sombras al film’, que puede verse hasta el 26 de mayo en el Rectorado.
La historia de las imágenes en movimiento convive hasta el 26 de mayo con los restos fenicios de este edificio gracias al tesón de Josep María Queraltó, un activo leridano con muchas películas a su espalda (fue operador) que tiene una colección de aparatos de cine que ya la quisieran los Hermanos Warner.
La hermosura de la muestra se acentúa con la buena idea de mostrar los antecedentes de esos aparatos ‘prehistóricos’ que en el último tercio del siglo XIX comenzaron a surgir como churros de decenas de investigadores. Así, podemos contemplar las preciosas ‘sombras javanesas’ del siglo XVIII y admirar las placas metálicas articuladas con las que los niños de la nobleza francesa se divertían, antes de la Revolución.
Y no falta la ‘joya de la corona’, un cinematógrafo de los Hermanos Lumiere, acompañado por un buen número de ‘aproximaciones’ al invento francés, ya sean praxinoscopios, zootropos o polioramas panópticos (con semejantes nombres, queda constatado que los inventores entendían de ‘marketing’ un pimiento).
Y?como este hombre, Queraltó, no para de innovar, en esta exposición ha incorporado nada menos que imágenes digitalizadas en tres dimensiones de antiguas placas estereostópicas. Que tiemble Avatar II, si alguna vez se perpetra.
Pero para un servidor, el aparato más llamativo es sin duda una especie de ametralladora de la I?Guerra Mundial, que en lugar de dejarte tieso en cuestión de segundos, te hace 16 fotos por ‘ráfaga’. El ingenio, al poder.
Si tienen mucho tiempo por delante, pasarán un buen rato en esta exposición que sólo es una pequeña muestra de lo que don Josep María colecciona. Algún día, confía este amante del cine en mostrar todos estas preciosidades en un museo interactivo y pedagógico. Ya podría la ciudad de Málaga, por eso de que ‘le va el cine español’, recoger el guante y ofrecerle una sede. No nos íbamos a arrepentir.
Impresión romana
No se fíen de las apariencias, sobre todo porque las obras de rehabilitación del Teatro Romano están centuplicando el tiempo que tardó en construirse pero, ¿no tienen la impresión de que casi se están terminando?