Comentaba un profesor de la Universidad de Málaga a un servidor, que cada vez se encuentra con un mayor número de estudiantes de Periodismo que no lee los periódicos. Sencillamente no les interesan y manifiestan un interés general por la lectura acorde con esta falta de cariño por los diarios. Si esto es así, se han equivocado de profesión.
Hoy, 23 de abril, usted se verá inundado por artículos que tratan de desentrañar el futuro del libro. Como todo futurible, la incógnita está servida, pero aquí el firmante sí detecta una evolución preocupante, ya no del libro, sino de la lectura: cada vez leemos más ‘en diagonal’, como si ‘zapeáramos’ cuando nos encontramos con un texto.
La influencia de esa catarata de canales mediocres que nos ha traído la televisión (y no digamos la digital)?y sobre todo, el peso de internet, empujan a muchos lectores a hacer ‘una barrida’ en su proceso de lectura cada vez que abren una página web. Los lectores nos estamos acostumbrando a actuar como en la mili, ‘a toda leche y pensando poco’, sin que nos dé tiempo para que el conocimiento y la información ‘cuajen’ en nuestro interior.
En unos años, quizás se popularicen, más que los lectores digitales de libros, los aparatos que, además del lector digital, vienen acompañados por todo tipo de posibilidades digitales (vídeo, música, internet, fotos y películas en 3-D y quién sabe si microondas).
Los lectores estaremos tentandos por tal catarata de ‘ofertas colaterales’, que será muy complicado leer un libro sin ‘interactuar’, como si estuviéramos zapeando ante la aparición del rostro iracundo de Belén Esteban.
En Málaga, un servidor observa a los adolescentes, literalmente absortos en el autobús con su móvil, y se pregunta cuántos de ellos se convertirán en aficionados a un tipo de lectura que no puede convivir con esa ‘lectura zapeada’ que se impone a marchas forzadas en el mundo.
En todo caso, servidor barrunta que las mayores oportunidades laborales en muchos campos de trabajo irán a parar a esas personas que se han formado con la ‘lectura comprensiva’. No será lo mismo un joven que esté familiarizado con Dickens, Cervantes, Galdós, Valle Inclán, Javier Marías o Virginia Wolff que otro que haya ocupado buena parte de su tiempo ‘formativo’ en ‘otear’ el facebook y en leer en un cuarto de hora los diez titulares del día.
La lectura ‘pausada’, sea en papel, en formato digital o en cristal de Bohemia, marcará una brecha a la hora de encontrar trabajo y de desarrollarse en muchísimas profesiones porque enseña a expresarse. a pensar y a moverse por la vida, entre otras muchas ventajas. La ‘brecha lectora’, entiende el que esto escribe, ya se está abriendo.?Cuidadito con los pies.
El espectáculo
Las dos erythrinas o árboles del coral de los jardines de Ben Gabirol están estos días ‘dando el espectáculo’ y ofrecen sus preciosas flores a juego con la alfombra roja del Festival de Cine.
Completamente de acuerdo, y muy justo y cierto cuanto dice. Sí, Alfonso, así es : cuidadito con los pies.
El final de la entrada, casi es un literario «cambio de tercio» : hay garbo y aplomo en ese repentino hablar del árbol del coral, nombrar a Ben Gabirol, y…, ¡como que esas palabras finales endulzan el sabor que iba creando la denuncia de esa realidad de «lectura zapeada»!
Enhorabuena.