El rincón de las estrellas y la ‘fluctuación’ de los peatones

22 Abr

En el festival de Cine Español de Málaga siempre ha resultado paradójico que los fans más acérrimos del acontecimiento sean unos adolescentes enganchados a la televisión y a ‘bajarse películas’.

Si se hiciera una encuesta entre la efervescente masa que se agolpa estos días frente al Málaga Palacio, a lo mejor encontrábamos cifras muy respetables de descargas ilegales de internet y asistencias simbólicas a las salas de cine, en las que a duras penas encontraríamos público de películas patrias.

Los quinceañeros lo que quieren es ver, saliendo del Málaga Palacio, a alguien que aparezca en la serie del momento, pegándose ‘hocicazos’ en ‘Mira quien baila’ o como mínimo, con cara de póker en ‘Pasapalabra’. Si no asoman por la caja tonta, tonteando con el profesor de gimnasia o en un internado con pocas luces, la multitud ni se dignará sacar los móviles para fotografiar a la víctima. Será castigada con el anonimato.

El pasado martes, sin ir más lejos, recibió su buena ristra de ‘flashes’ Ana Belén, pero fue identificada por uno de sus teóricos admiradores con estas palabras:?“Esta es la madre de la de ‘Amar en tiempos revueltos’”. Si no sales en la tele, ni siquiera en el Festival de Cine Español te valoran los fans. Así es la vida.

Pero para la constatación de esta realidad tan poco cinematográfica, los peatones malagueños y visitantes pasan apreturas.El problema estriba en que, desde primera hora de la mañana, la vallas que delimitan la salida del hotel Málaga Palacio de los famosos cortan una de las esquinas más transitadas de la ciudad:?el paso desde el Parque a la calle Molina Lario.

A los pobres mortales se les deja de propina un pasillito, por encima del bordillo, en el extremo de la ‘alfombra roja’, con el peligro de que al otro lado se encuentran ya los coches pasando ‘zumbando’. Un servidor contempló en la mañana del martes a un destacamento de guiris americanos, de más de 60 años y con ‘sobrepeso’, que las pasaron canutas para poder atravesar este desfiladero, tan arriesgado como los que describe Rudyard Kipling en sus obras.

Todo sería mucho más fácil y menos accidentado si el Málaga Palacio no tuviera cortada la esquina todo el santo día. La salud de los peatones saldrá ganando, sin necesidad de que pongan al límite su sentido del equilibrio.

El parking

 En la calle Rosada Aurora, cuyo nombre recuerda a algún pasaje de Homero, en Mangas Verdes, nos encontramos con un aparcamiento de motos señalizado con pintura como “Aparcamiento demoto” (sic). En todo caso, ortografía aparte, el mensaje es captado por el personal que deja allí las motos que hagan falta, ya vayan juntas (“demoto”) o revueltas.

Olías

Los vertederos ‘sorpresa’ siguen jalonando sus cuestas.

Una respuesta a «El rincón de las estrellas y la ‘fluctuación’ de los peatones»

  1. Alfonso: siempre pones el dedo en la llaga que más duele. Enhorabuena por tu tarea y tu constante crónica andante de esta ciudad, ya menos del Paraíso. Gracias por tus escritos.

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