Acérquense a los preciosos ficus de los jardines de Picassos, vestigios de los jardines de la fábrica de la Aurora, y verán lo que es el ‘tatuaje en madera’.
Armados de navajitas suizas, navajas y facas de Albacete (tal parece, por el tamaño de la ‘incisión’) sujetos con pocas nociones sobre respeto a los árboles (seres vivos por cierto) han dejado las inscripciones más dispares, desde los nombres de los propios perpetradores (Yori, Xati, Farfán, Emilio) hasta ‘Dios es amor’ (otra cosa, claro, es el amor a los ficus).
Los más osados han trepado con menos problemas que Johnny Weissmüller para dejar ‘clavadas’ en las ramas las chorradas más variopintas. Pero tampoco se libra la ‘escultura arbórea’ de Miguel Berrocal, que el maestro realizó en homenaje a Picasso. La preciosa obra está totalmente abandonada y en un estado lamentable, pues se aprecian abolladuras varias en esa estructura tubular que tanto habría gustado a Torrente Ballester.
Pero si tiene más bollos que el coche de un panadero, no se queda atrás en las pintadas y en los ‘churretones’ de pintura que cubren casi toda la obra.En cuanto a las inscripciones, realizadas con un material que recuerda al ‘tipex’, las más antiguas están datadas en 2006, así que como mínimo, hace cuatro años que el monumento no se limpia. El paseante puede conocer las interesantes inscripciones, protagonizadas por Lollipop, flamenkita o tres amigas que se hacen llamar ‘Los ángeles de Charlie’, a saber, Mara, Cynthia y Sara.
Pero quizás el testimonio más estremecedor es el que una tal Desi dejó en 2006 para disfrute de las almas sedientas de poesía. Aquí va la joyita:?“Con un beso te di mi amor, con un beso te dejé tieso”. Ni los pompeyanos, cuando se ponían salidos, habrían llegado a tan altas cimas de la poesía erótica. En fin.
Pero no es la única obra de arte ‘no vegetal’ que en estos jardines sufre el acoso pictórico. A pocos metros de la escultura de Berrocal se alza el primer homenaje artístico a Pablo Picasso realizado en España, del año 72, y que está cubierto por los nombres (en pintura roja por supuesto), de Ángel y Andrea. Si el Ayuntamiento se da una vuelta por los jardines de Picasso, tendrá trabajo para rato. Lo de los ficus acribillados a memeces ya tiene menos remedio.
Vistas
La calle Sacromonte ofrece unas vistas estupendas, pues tiene detrás la barriada de las Flores y enfrente Ciudad Jardín, con el ‘gigante’ de Parque del Sur. Lástima que la calle esté tan mal aprovechada, pues esta sucesión de terrazas está presidida por una ‘explosión’ de maleza y basuras que casi no deja ver la terracita-aparcamiento que tiene debajo. La Naturaleza hace su trabajo y la dejadez lo completa.
Fútbol para dos
La liga de las Dos Estrellas vuelve a convertir al Málaga en un equipo que lucha por seguir compitiendo en este sopor semanal.
Suelo seguir sus comentarios e informaciones, y además de no sentirme nunca defraudado, a veces logro ver la misma ciudad con ánimo diferente, más crítico por lo normal. Gracias por sus escritos, don Alfonso.
La gente no tiene verguenza.